Los Navy SEAL en Chipre prometen una «respuesta firme» a cualquier adversario en el Mediterráneo.
Los SEAL de la Armada que operan en el Mediterráneo oriental afirmaron que los ejercicios llevados a cabo frente a las costas de Chipre eran una señal para los adversarios de que los ataques en el Mediterráneo oriental serán combatidos con mucha fuerza.
Las declaraciones, realizadas el lunes tras varias semanas de entrenamiento, se producen en medio de las tensiones con Irán y sus aliados en una región convulsionada por la guerra de Gaza.
El capitán Bill Gallagher, comandante del Grupo Naval de Guerra Especial 2, dijo que la colaboración de su equipo con las fuerzas chipriotas “envía un mensaje claro”.
“A través de esfuerzos conjuntos, fortalecemos nuestras capacidades y dejamos claro que cualquier agresión será respondida con una respuesta rápida e inflexible”, dijo Gallagher en un comunicado.
Desde el comienzo de la guerra de Israel contra Hamás en Gaza, Chipre se ha convertido en un centro de operaciones para equipos de operaciones especiales estadounidenses y de otros países aliados. Comandos de Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido fueron algunas de las fuerzas enviadas al país, donde se pusieron en estado de alerta tras el ataque terrorista de Hamás contra Israel del 7 de octubre.
Estados Unidos también desplazó numerosos medios militares a la región, desde buques de guerra de la Armada en el Mediterráneo hasta aviones de carga de la Fuerza Aérea en Grecia y operadores especiales en Chipre.
El tipo de entrenamiento que llevan a cabo los operadores especiales puede suponer riesgos para las tropas implicadas. En noviembre, cinco soldados de Operaciones Especiales del Ejército de Estados Unidos murieron en un accidente de helicóptero frente a las costas de Chipre, donde participaban en una misión de entrenamiento de reabastecimiento de combustible. Los tripulantes formaban parte del 160º Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales del Ejército, unidad encargada de trasladar a los equipos de operaciones especiales a los puntos calientes.
Los SEAL y los tripulantes de las naves de combate de guerra especial, que operaban desde Limassol (Chipre), concluyeron el lunes tres semanas de entrenamiento.
Los marinos y sus homólogos chipriotas participaron en ejercicios destinados a perfeccionar las técnicas necesarias en misiones encubiertas y operaciones de búsqueda y captura en el mar, según el comunicado del Grupo 2 de Guerra Naval Especial.
“Esta relación sirve de poderoso elemento disuasorio, mostrando un frente unido contra las posibles amenazas a la seguridad regional y marítima en la zona”, dice el comunicado.
John Van Diver