Suecia no ve una «necesidad inmediata» de unirse al programa de futuros cazas.
La Fuerza Aérea sueca no se apresurará a unirse a ninguno de los dos principales programas de aviones de combate de sexta generación liderados por Europa, ya que sigue centrándose en actividades preliminares de “investigación de hechos”, dijeron el domingo dos altos funcionarios militares suecos.
Estocolmo ha declinado hasta ahora unirse al recién formado Programa Aéreo de Combate Global (GCAP) de Reino Unido, Italia y Japón, a pesar de firmar un Memorando de Entendimiento con Londres en 2019 sobre un «programa conjunto de desarrollo y adquisición de aviones de combate.» Y no parece que vaya a producirse ningún cambio.
«No tenemos una necesidad inmediata de un nuevo caza, lo que tal vez sea diferente para otras naciones», dijo el general Lars Helmrich, director de sistemas aéreos y espaciales de la Administración Sueca de Material de Defensa, en un evento organizado por el Club de Fans de la Fuerza Aérea Sueca en París. «Queremos empezar pronto [a efectos de planificación] y estar mejor situados para cuando tengamos que decidir sobre el próximo caza. Es una cuestión de ritmo».
Estocolmo dispone de un margen relativamente amplio para no modernizar sus cazas, ya que las Fuerzas Aéreas suecas han acordado adquirir 60 cazas Saab Gripen E, que se espera que estén en servicio hasta 2060 aproximadamente, mucho más que el plazo de 2035 para la entrada en servicio de la plataforma GCAP británico-italiano-japonesa. También se ha fijado la fecha de 2040 para la entrada en servicio del rival franco-alemán-español Sistema Aéreo de Combate del Futuro (SCAF).
«En cuanto a los planes de sexta generación, estamos trabajando mucho en diferentes contextos y cooperaciones, lo que es muy importante para nosotros a la hora de tomar una decisión», declaró el comandante de las Fuerzas Aéreas Suecas, general de división Jonas Wikman. «Ahora mismo no es un programa de adquisición, es un programa de investigación».
También sugirió que la escasez de pilotos de Gripen, que ha provocado que las horas de vuelo de la Fuerza Aérea sueca se reduzcan anualmente en casi un 12%, está bajo control y no afecta negativamente a las prioridades operativas.
«Tenemos un número bastante bajo de pilotos, y la razón es la tasa de jubilación frente a una tasa de afluencia, de la que somos conscientes desde hace tiempo», explicó. «Esperamos resolver ese problema antes de que afecte a nuestras capacidades, porque hemos conseguido mantener la preparación durante este periodo».
Además de las perspectivas de futuros cazas, Wikman afirmó que las Fuerzas Aéreas suecas estarán «preparadas para actuar» como organización alineada con la OTAN una vez que se haya aprobado su ingreso en la alianza.
Turquía y Hungría siguen retrasando la ratificación de la solicitud de ingreso de Suecia en la OTAN, a pesar de las presiones para que lo haga desde dentro de la alianza, antes de la Cumbre de jefes de Estado que se celebrará en Vilna (Lituania) el mes próximo.
Las Fuerzas Aéreas suecas operan una serie de aeronaves, como el Gripen y la plataforma de control y alerta temprana aerotransportada GlobalEye (AEW&C) de Saab, que no son operadas por ningún otro miembro de la OTAN, lo que podría plantear a la alianza dificultades de interoperabilidad y de intercambio de capacidades.
Wikman afirmó que este tipo de problemas aún no se han resuelto.
«Aún no hemos llegado al punto en el que se encuentran todas las capacidades [de la OTAN], ahora mismo estamos más centrados en el proceso de integración… nos queda un largo camino de cinco o seis años para desempeñar nuestro papel en la OTAN», añadió.
Tim Martin
Pues es una pena porque los conocimientos de SAAB serían muy bien venidos por cualquiera de las dos plataformas y estás decisiones de Suecia podría hacerles perder el ritmo de los retos tecnológicos y defensivos que se avecinan en Europa y jugar en un segunda división de países no OTAN
Creo que hacen bien. Con la aviación de combate pasa como con los automóviles: no se sabe hacia dónde va a tirar la tecnología. Con los nuevos sensores y la IA, la furtividad de los cazas y aviones de ataque está en entredicho, y la invasión de sistemas de ataque no tripulados va a hacer que los pilotos humanos de escasos y caros interceptores no puedan defender el espacio aéreo de tantos drones, misiles y señuelos. Mejor quedarse con numerosos cazas operativos propios que depender de carísimos, escasos y dudosos engendros voladores extranjeros.