Un alto cargo del Pentágono ha pedido al Reino Unido que revise el formato de sus ejércitos.
Implicadas ya en Afganistán en el marco de la misión Herrick, las fuerzas británicas pudieron participar en la operación Libertad Iraquí, lanzada en marzo de 2003 por Estados Unidos. En aquel momento, todavía contaban con 206.500 soldados, 112.000 de los cuales servían sólo en las filas del ejército británico.
Veinte años después, tras numerosas “reformas”, “externalizaciones” y otras revisiones estratégicas que explican cómo hacer más con menos, el tamaño de las fuerzas británicas se ha reducido en torno a un 30%, según cifras dadas a conocer a la Cámara de los Comunes.
Los efectivos de la Royal Air Force [RAF] han disminuido un 40% [con «sólo” 31.940 efectivos aéreos de personal], mientras que el Ejército británico y la Royal Navy se han reducido un 31% y un 21%, respectivamente. Sin embargo, es evidente que esto no impide que el Reino Unido se mantenga firme en el seno de la OTAN, ya que aporta alrededor del 20% de los recursos movilizados para el ejercicio Steadfast Defender, que se ha iniciado esta semana con la participación de 90.000 soldados y que se describe como el mayor jamás organizado desde las maniobras del tipo Reforger en los años ochenta.
Sea como fuere, con un número de efectivos reducido a 141.460, por no hablar de la “alta intensidad”, el Reino Unido ya no está en condiciones de tener un nivel de compromiso similar al que tenía en 2003. Tanto más cuanto que sus fuerzas armadas aún no han llegado al final de su vida útil, dadas sus dificultades para reclutar y retener personal.
En una reciente reunión del Comité de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes, el diputado [conservador] Mark Francois argumentó que la “tasa de desgaste de las fuerzas armadas es de tres a uno”. Y añadió: “Es el paciente sangrando en la mesa de operaciones. No podemos seguir así”.
Mientras tanto, esta crisis de reclutamiento y retención no deja de tener consecuencias en el frente operativo. Por ejemplo, debido a la escasez de marineros, la Royal Navy ha tenido que acelerar el desmantelamiento de dos de sus fragatas Tipo 23 y está considerando la posibilidad de retirar de servicio sus dos buques de asalto anfibio, lo que plantea la cuestión del futuro de los Royal Marines.
Esta situación preocupa… a Estados Unidos, donde, en varias ocasiones, los líderes militares han cuestionado la eficacia de las fuerzas británicas. Como dijo en 2015 el general Ray Odierno, entonces jefe del Ejército estadounidense. “En el pasado, teníamos una división del Ejército británico trabajando junto a una división estadounidense y ahora tenemos una brigada británica integrada en una división estadounidense”, señaló.
En 2023, Sky News informó que un general estadounidense de “alto rango” había dicho que el Ejército británico “ya no era una fuerza de combate de alto calibre”. Pero los comentarios realizados el 25 de enero por Carlos Del Toro, secretario de la Armada estadounidense, ante el Royal United Services Institute [RUSI] fueron de una naturaleza completamente distinta.
El funcionario estadounidense criticó la política de defensa británica… lo que no es habitual a este nivel. “Gran Bretaña debería revisar el tamaño de sus fuerzas armadas para hacer frente a las amenazas que plantean Rusia y la crisis en Oriente Próximo”, afirmó Del Toro.
“Francamente, yo diría que, dadas las amenazas a corto plazo que pesan sobre el Reino Unido y Estados Unidos, la inversión en la Armada británica reviste una importancia crucial”, añadió. Y sugirió que Londres también debería reconsiderar el formato del Ejército británico.
“Cualquier decisión de gastar más en las fuerzas armadas británicas es competencia del Gobierno británico”, pero “en Estados Unidos hemos seguido invirtiendo significativamente en nuestra seguridad nacional”, a pesar de la difícil coyuntura económica, señaló también el secretario de la Armada estadounidense.
Para The Guardian, que fue el primero en informar de las declaraciones de Del Toro, “aunque los líderes estadounidenses piden a menudo a los países europeos que aumenten el gasto en defensa, los comentarios duros sobre las fuerzas armadas británicas son poco frecuentes debido a la estrecha relación militar” entre Gran Bretaña y Estados Unidos.
Laurent Lagneau