China y Rusia encabezan las amenazas de EE.UU. en la primera estrategia de seguridad nacional de Biden.

Las amenazas de China y Rusia son las dos mayores preocupaciones en materia de seguridad a las que se enfrenta EE.UU., según la Casa Blanca en su Estrategia de Seguridad Nacional 2022, publicada el miércoles.

El documento de 48 páginas, que detalla los desafíos globales para Estados Unidos, afirma que China es «el único competidor que tiene tanto la intención de remodelar el orden internacional como, cada vez más, el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo».

«Pekín tiene la ambición de crear una mayor esfera de influencia en el Indo-Pacífico y de convertirse en la primera potencia mundial», añade el informe.

Mientras tanto, la estrategia dice que Rusia está intensificando su amenaza nuclear mientras continúa su guerra de casi ocho meses contra Ucrania. El presidente Biden advirtió la semana pasada de un «Armagedón» nuclear, diciendo que el riesgo de un conflicto global apocalíptico es el más alto desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962.

«El ejército convencional de Rusia se habrá debilitado, lo que probablemente aumentará la dependencia de Moscú de las armas nucleares en su planificación militar», decía el documento. «Estados Unidos no permitirá que Rusia, ni ninguna potencia, logre sus objetivos mediante el uso, o la amenaza de uso, de armas nucleares».

Se calcula que Rusia tiene 5.977 cabezas nucleares, mientras que Estados Unidos tiene 5.428, según la Federación de Científicos Americanos. El Pentágono también ha calculado que el arsenal nuclear de China aumentará hasta más de 1.000 ojivas en 2030, frente a las 350 que se calcula que tiene ahora.

La estrategia es la primera evaluación de seguridad completa emitida bajo el mandato del presidente Biden y la primera que se publica desde que la administración del ex presidente Donald Trump publicó su estrategia en diciembre de 2017.

Trump fue el primer presidente en nombrar a China y Rusia como los retos más acuciantes de Estados Unidos, un tema presente tanto en la estrategia de seguridad de Biden como en la Estrategia de Defensa Nacional, que aún no se ha hecho pública a pesar de haber sido entregada al Congreso en marzo.

«Al igual que Estados Unidos y los países de todo el mundo se beneficiaron enormemente del orden internacional posterior a la Guerra Fría, también lo hicieron [China] y Rusia», decía la estrategia del miércoles. «Y, sin embargo, llegaron a la conclusión de que el éxito de un orden internacional libre y abierto basado en normas suponía una amenaza para sus regímenes y sofocaba sus ambiciones».

Sin embargo, el documento añadía que EE.UU. «no busca el conflicto ni una nueva Guerra Fría», ya que reúne a sus aliados contra los esfuerzos rusos y chinos por doblegar el orden mundial en su beneficio.

«Algunas partes del mundo están incómodas con la competencia entre Estados Unidos y las mayores autocracias del mundo. Lo entendemos», decía. «También queremos evitar un mundo en el que la competencia se convierta en un mundo de bloques rígidos».

La estrategia se dio a conocer mientras China sigue utilizando la presión económica y militar para reclamar ilegalmente islas y arrecifes en el Mar de China Meridional, amenazar a Taiwán con una invasión e influir en los países del sur de Asia para que hagan tratos con el país comunista que amenazan su soberanía, según han dicho funcionarios de la Casa Blanca.

En respuesta, la estrategia pide que se redoble la disuasión nuclear de EE.UU. y que se «persigan objetivos realistas de control de armas mutuo y verificable» a través de la diplomacia.

«En la década de 2030, Estados Unidos tendrá que disuadir por primera vez a dos grandes potencias nucleares, cada una de las cuales dispondrá de fuerzas nucleares modernas y diversas a nivel mundial y regional», dice el documento. «Para garantizar que nuestra disuasión nuclear siga respondiendo a las amenazas a las que nos enfrentamos, estamos modernizando la tríada nuclear, el mando, el control y las comunicaciones nucleares y nuestra infraestructura de armas nucleares».

La administración Biden necesitó casi 21 meses para publicar su estrategia de seguridad completa. El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, culpó el miércoles del retraso en parte a la invasión rusa, lanzada el 24 de febrero.

«Una de las razones por las que no salimos con la Estrategia de Seguridad Nacional en primavera es porque pensamos que sería imprudente en un momento tan rápido y con tantas consecuencias en el que no estaba realmente claro qué dirección tomaría esa guerra y salir con la estrategia», afirmó.

Además, dijo que muchos observadores habían subestimado la capacidad de Ucrania para evitar el ataque de Rusia en las primeras semanas de la guerra, por lo que el tiempo extra permitió a la administración abordar mejor la amenaza rusa en el documento.

«Francamente, en febrero había mucha gente que pensaba que la guerra terminaría rápidamente y que Rusia estaría en una posición mucho mejor que la actual», afirmó Sullivan. «Creemos que lo que realmente se ha desarrollado en los últimos seis meses, que ha desafiado muchas de las expectativas y la sabiduría convencional, es una reivindicación de tomarnos nuestro tiempo y ser metódicos al plantear la estrategia».

Caitlin Doombos