El sistema de eyección del T-7A Red Hawk supera la prueba de alta velocidad, subsanando deficiencias de seguridad.
El nuevo sistema de eyección del T-7A Red Hawk supera una prueba de alta velocidad en la base aérea de Holloman, Nuevo México.
Tras haber sido sometido a escrutinio por las graves deficiencias del sistema de eyección detectadas en pruebas anteriores, el entrenador avanzado T-7A Red Hawk ha superado un obstáculo clave en su desarrollo, al anunciar las Fuerzas Aéreas de EE.UU. la finalización con éxito de una prueba de eyección a alta velocidad.
La prueba, realizada por el 846º Escuadrón de Pruebas en la Base Aérea Holloman el 26 de abril de 2025, simuló una eyección a 450 nudos y cumplió todos los objetivos de la prueba. Supone un importante paso adelante para el programa, especialmente tras una serie de retrasos y problemas de seguridad planteados en el último informe del director de Pruebas y Evaluación Operativa (DOT&E) del Pentágono, publicado en enero.
El rendimiento del sistema durante esta última ronda de pruebas demostró la capacidad de proteger tanto perfiles de piloto más ligeros como más pesados, utilizando maniquíes de prueba para simular eyecciones en el mundo real. Se evaluaron dos importantes mejoras: un sistema de eyección de la cabina rediseñado y un secuenciador de asiento eyectable mejorado.
El nuevo diseño de la cabina está pensado para que se rompa de forma más controlada, reduciendo así el riesgo de lesiones por fragmentos de la cabina. Por su parte, el secuenciador actualizado permite ahora un despliegue más prolongado del paracaídas de emergencia para estabilizar el asiento en una fase más temprana de la trayectoria, lo que resulta crítico para minimizar las lesiones en el cuello y la columna vertebral durante los rescates a alta velocidad.
Esta prueba se produce tras un periodo difícil para el programa T-7A. El informe FY2024 del DOT&E, publicado a principios de este año, reveló que las pruebas medioambientales y de seguridad habían descubierto «deficiencias graves y potencialmente peligrosas» en el sistema de eyección. Estos problemas contribuyeron a una cascada de retrasos que retrasaron la Capacidad Operativa Inicial (COI) del avión desde 2024 hasta al menos 2027.
Desde entonces, la Fuerza Aérea y Boeing han estado trabajando para subsanar esas deficiencias. La prueba de trineo de alta velocidad parece demostrar que algunas de esas correcciones están empezando a dar sus frutos.
Concebido originalmente para sustituir al T-38 Talon, el T-7A Red Hawk cuenta con un diseño digital y una arquitectura abierta destinados a hacerlo adaptable a las futuras necesidades de entrenamiento de pilotos, especialmente para aviones de combate de quinta generación. Pero su sistema de eyección -originalmente pensado para acomodar una gama más amplia de tamaños y pesos de pilotos- ha sido un persistente reto de ingeniería y certificación.
En agosto está prevista otra prueba del sistema de escape, mientras las Fuerzas Aéreas prosiguen sus esfuerzos para cualificar plenamente el Red Hawk para su uso operativo por alumnos y pilotos instructores.
Aunque una prueba con éxito no eliminará los obstáculos técnicos a los que todavía se enfrenta el programa, se trata de un dato crucial para que el T-7A recupere el terreno perdido y ofrezca la capacidad de entrenamiento de nueva generación con la que cuentan las Fuerzas Aéreas.
The final T-7A #RedHawk engineering and manufacturing development (EMD) jet, APT-5, has been delivered to the @USAirForce.
Check out all fab five T-7A EMD jets taking off! pic.twitter.com/BVYQLvPxGW
— Boeing Defense (@BoeingDefense) December 20, 2024
T-7A Halcón Rojo
El programa T-7A Red Hawk, desarrollado por Boeing en colaboración con Saab, representa un avance significativo en las capacidades de entrenamiento de pilotos de las Fuerzas Aéreas estadounidenses. Diseñado para sustituir al vetusto T-38 Talon, el T-7A incorpora tecnologías modernas para preparar a los pilotos para las operaciones de aviones de quinta generación.
Acontecimientos clave:
Inicio del programa y denominación: En septiembre de 2018, la Fuerza Aérea de Estados Unidos adjudicó a Boeing un contrato de 9.200 millones de dólares para el programa T-7A, con el objetivo de adquirir 351 aviones para 2034. El avión fue bautizado oficialmente como «Red Hawk» en septiembre de 2019, en honor a los aviadores de Tuskegee y su avión de cola roja de la Segunda Guerra Mundial.
Diseño y producción: El T-7A se desarrolló utilizando ingeniería digital, lo que permitió la creación rápida de prototipos y pruebas. Este enfoque permitió el primer vuelo de la variante de producción a los 36 meses del diseño inicial.
Hitos de las pruebas: El primer T-7A Red Hawk llegó a la Base Aérea Edwards en noviembre de 2023, marcando el comienzo de las pruebas de vuelo de desarrollo. El objetivo de esta fase es validar el rendimiento del avión y su idoneidad para misiones de entrenamiento.
Retrasos operativos: La entrada en servicio del T-7A, prevista inicialmente para 2023-2024, se ha pospuesto hasta 2027 debido a problemas de seguridad del asiento eyectable y a dificultades en el desarrollo del software.
David Cenciotti