La paz no está a la vista: Europa y la OTAN corren hacia el rearme.
El mundo avanza a marchas forzadas hacia el rearme. Europa está en plena efervescencia, temerosa de las amenazas rusas, mientras Putin pone a prueba la estabilidad de la OTAN. En las últimas semanas, han aumentado las advertencias de los líderes de los países europeos, desde Dinamarca hasta Alemania y los países bálticos, hablando de grandes riesgos de guerra en los próximos años, mientras crece la preocupación por Rusia, ahora en plena “economía de guerra”.
Los países europeos están firmando nuevos acuerdos bilaterales de seguridad con Ucrania para intentar hacer frente a las vacilaciones de Estados Unidos en un momento en que Kiev está pasando apuros. Se aclaran los compromisos de entrega de armas, municiones, misiles y ahora aviones, con unos 60 F16 prometidos a Zelensky por los europeos. Se están formando varias “coaliciones” especializadas (en drones, artillería, etc.) con países líderes para coordinar la ayuda militar. Entre ellos figuran miembros de la UE, pero también el Reino Unido, que en materia militar está prácticamente con un pie dentro de la Unión.
Existe la promesa de un aumento del gasto militar por parte de los países europeos de la OTAN, en respuesta al riesgo de desvinculación de Estados Unidos tras las declaraciones de Donald Trump contra los miembros que “no pagan” -ampliamente condenadas como “irresponsables”- y el bloqueo en el Congreso de los 66.000 millones de dólares de ayuda a Ucrania. Se habla de abrir un centro de entrenamiento OTAN-Ucrania en Polonia. De cara al futuro, se está debatiendo la posibilidad de contar con un comisario de Defensa en la próxima Comisión Europea; la actual presidenta, Ursula von der Leyen (que está considerando presentarse de nuevo), ha aceptado que el PPE impulse esta iniciativa. Para la UE, la posibilidad de una autonomía estratégica -aún no claramente definida- ya no es descartada ni siquiera por los países más estrechamente vinculados al paraguas nuclear estadounidense.
El “Mecanismo Europeo para la Paz” (nuevo instrumento extrapresupuestario al servicio de la política europea de defensa) se activa ahora en favor de Ucrania, aunque sigue habiendo obstáculos en el Consejo en este frente y hay retrasos en el millón de municiones prometido para este año. En enero, la UE aprobó una ayuda económica de 50.000 millones de euros en cuatro años (mientras que el Banco Mundial calcula que Ucrania necesitará 450.000 millones para la reconstrucción).
El jueves, los ministros de Defensa de la OTAN se reunieron en Bruselas. Ucrania, que está en lista de espera para convertirse en miembro, también fue invitada. El viernes, el presidente Volodymyr Zelensky tenía previsto estar en Berlín y después en París, para firmar un acuerdo bilateral de seguridad con Francia. Se trata de la formalización de un compromiso contraído por el G7 en la cumbre de la OTAN celebrada en Vilna en 2023 para apoyar a Kiev. A él se sumaron otros países, 25 en total, según el cual cada país debe establecer a nivel nacional el alcance del apoyo militar, su duración y otras formas de ayuda, como financiera, económica o tecnológica. El fin de semana, la Conferencia de Seguridad de Múnich, en su 60 aniversario, debatirá las dos grandes guerras en curso, la de Ucrania y la de Gaza.
Tras el acuerdo bilateral entre el Reino Unido y Kiev el 12 de enero, el viernes se preveían condiciones más claras por parte de Alemania y, lo que es más importante, la firma de un acuerdo bilateral de seguridad en París. Londres ha destinado otros 2.500 millones de libras para ayuda militar a Ucrania en 2024 (después de 2.300 millones tanto en 2022 como en 2023), mientras que Berlín promete 8.000 millones sólo este año (acaba de abrir una nueva fábrica de municiones en Baja Sajonia). Francia no ha dado detalles de su apoyo, pero tras las críticas del instituto IFW de Kiel sobre la escasa contribución de París, se disponía a dar más información el viernes sobre el equipamiento militar, un aumento previsto de 40 misiles SCALP, más artillería móvil Caesar, sistemas de defensa antiaérea Crotal, lanzamisiles y misiles antitanques. Francia, que ya ha puesto su industria militar en modo “economía de guerra”, va a ponerse a la cabeza de la “coalición de artillería” (aumentando la producción de 255 obuses y Césares), además de la defensa aérea, especialmente para la formación de pilotos.
El jueves, la OTAN prometió a Ucrania un millón de aviones no tripulados; se está creando un grupo de “aliados”, con el liderazgo de Gran Bretaña y Letonia (que incluye también a Suecia, próximo miembro, así como a Dinamarca, Alemania, Lituania, Estonia y Países Bajos). Dinamarca se ha comprometido a entregar 19 F16 a Kiev en el segundo trimestre de este año; se espera que Holanda entregue 42, pero aún no ha fijado un plazo.
En respuesta a las declaraciones de Trump, el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, señaló el jueves que de los 31 países de la OTAN, 18 han cumplido ya el compromiso de destinar al menos el 2 por ciento del PIB a gasto militar. Alemania se unirá a este club este año; Francia lo hará en 2025. En 2022, sólo 7 países habían alcanzado este compromiso.
En la actualidad, Polonia es el país que más gasta en el ejército (3,9%) y tiene el mayor ejército de la UE. Los países bálticos, Hungría, la República Checa, Rumanía, Grecia y Finlandia se sitúan entre el 2% y el 3%, Italia en el 1,46% y España por debajo del 1,2%. Alemania está en línea con los compromisos de la OTAN, ya que ha aumentado el gasto militar por primera vez desde 1992 (que fue del 3% durante la Guerra Fría).
A pesar de este aumento del gasto, Europa teme no poder defender a Ucrania si se agota la contribución estadounidense.
Anna María Merlo
Parece que el rearme europeo se dirige desde la ficción hacia la realidad pero eso no tiene que significar una amenaza para la paz. De hecho al contrario servirá para disuadir al impredecible y belicoso oso que tenemos como vecino al Este para que no nos haga ninguna visita indeseada.
Buen momento para recordar la máxima favorita en esta web: «Si vis pacem, para bellum».