Antes de reunirse con Putin en Ginebra, Biden promociona el F-35 y el F/A-18 SH en Suiza.

Dentro de unos días, Suiza anunciará el ganador del concurso convocado en el marco del programa Air 2030 para sustituir los F/A-18 Hornet y los F-5 Tiger que actualmente utilizan sus fuerzas aéreas. A modo de recordatorio, hay cuatro cazas en liza: el Rafale de Dassault Aviation, el Eurofighter Typhoon [cuya oferta está apoyada por Airbus], el F-35A de Lockheed-Martin y el F/A-18 Super Hornet de Boeing.

Pero en esta competición, los dos aviones estadounidenses parecen tener problemas. «En Berna ya nadie cree realmente en sus posibilidades», escribía recientemente el diario Le Matin. Las dudas sobre la confidencialidad de los datos [aunque Estados Unidos asegure que «no vigila a distancia» los aviones que vende] y los riesgos políticos, con la amenaza de una votación, siempre arriesgada, si se opta por uno u otro son las principales razones. Pero no sólo eso.

Así, el periódico suizo de referencia, Le Temps, considera que los costes de mantenimiento del F-35A en condiciones operativas [MCO] serían prohibitivos «cuando llegue el momento de sacar la chequera». Y señala que el avión de Lockheed-Martin «tiene algunos defectos» en este ámbito. «La prensa estadounidense reveló que el propio Pentágono estaba cuestionando la fragilidad de sus aviones [F-35], que están sujetos a numerosos fallos», dijo.

En cuanto al F/A-18 Super Hornet, la Armada estadounidense pretende dejar de encargarlo en 2024 para encontrar margen de maniobra para financiar su programa NGAD [Next Generation Air Dominance]. Esto significará menos desarrollos futuros…

Sea como fuere, Washington no pierde la esperanza… Con motivo de su visita a Ginebra, donde tiene previsto reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la mañana de hoy, el inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, no dejó de ensalzar los méritos del F-35A y del F/A-18 Super Hornet ante Guy Parmeln, presidente de la Confederación Suiza. Pero su iniciativa no tuvo éxito.

«Joe Biden mencionó la excelente calidad de estos dos aviones. Le recordamos que había un proceso en marcha desde hacía mucho tiempo y que el Consejo Federal tomaría su decisión sobre esa base», dijo Parmelin tras su reunión con el presidente estadounidense, que también tuvo que enmendar algunos errores con respecto a Suiza. Como cuando asoció la Confederación con un «paraíso fiscal» el pasado abril.

«Suiza ha tenido un acceso privilegiado a la administración Trump en los últimos años, y los diplomáticos en Washington estaban contentos con ello. La imagen de una Suiza pequeña, independiente y neutral en medio de Europa atraía a los conservadores estadounidenses. Hoy, la marea ha cambiado. Suiza ya no tiene acceso al Despacho Oval, y no fue invitada cuando el presidente Biden organizó la semana pasada una Cumbre Mundial sobre el Clima con 40 países», comentó Radio Télévision Suisse [RTS].

En cualquier caso, y con respecto a la licitación de Air 2030, las señales positivas a favor del Rafale siguen acumulándose. Evidentemente, esto no prejuzga la decisión que tomará Berna [porque en este asunto siempre hay que ser prudente…].

Después de Le Matin la semana pasada, le toca al periódico Le Temps sugerir que el avión de Dassault Aviation sería «el elegido». En cualquier caso, «se ha corrido la voz», escribe, ya que su edición del 15 de junio elogia el Rafale, «un caza que por fin se puede exportar».

Al mismo tiempo, el diario explica que uno de los puntos débiles del Eurofighter es «la distribución de las plantas de producción […] entre cuatro países», lo que «hace que el proceso de pedido de piezas de recambio sea lento y tedioso». Evidentemente, el tiempo de espera siempre representa un coste para los países que esperan un producto. «Obviamente, este no es el caso del Rafale.

Laurent Lagneau