Australia afirma que espías extranjeros buscan secretos del programa AUKUS.
Tras finalizar abruptamente su programa de submarinos de ataque con propulsión convencional, entonces confiado al Grupo Naval Francés [así como a Lockheed-Martin para el sistema de combate], Australia recibirá ocho submarinos nucleares de ataque [SNA] como parte del pacto «AUKUS», firmado con Estados Unidos y el Reino Unido.
En detalle, la Marina Real Australiana [RAN] debería tener tres SSN de clase Virginia, entregados por Estados Unidos a partir de 2032. A estos les seguirán cinco submarinos del programa británico SSN-AUKUS, que también tiene como objetivo reemplazar a los SSN de clase Astute actualmente desplegados por la Marina Real.
El problema es que la RAN puede experimentar una brecha temporal de capacidad, y la extensión de la vida operativa de sus seis submarinos de clase Collins está lejos de estar asegurada.
Además, no es seguro que Estados Unidos pueda entregar los tres Virginias prometidos, dado que la Armada estadounidense ya está teniendo dificultades para obtener los que ha encargado, ya que la industria naval estadounidense no ha logrado aumentar sus tasas de producción. Sin embargo, Canberra ha prometido 3.000 millones de dólares en ayuda para ayudar al país a superar sus dificultades. Un primer tramo de 500 millones se liberó el 7 de febrero.
Dicho esto, en 2027, Australia tendrá que poder acoger submarinos estadounidenses y británicos, en el marco de la «Fuerza Rotatoria Submarina Oeste» [SRF-W], prevista en el pacto AUKUS.
Mientras tanto, el futuro programa de submarinos nucleares de la RAN está despertando la curiosidad de países extranjeros, incluidos algunos «amigos». Esto es precisamente lo que ha revelado Mike Burgess, director de inteligencia interna australiana [ASIO – Australian Security Intelligence Organisation], el 19 de febrero.
Así, en un discurso en el que advertía de un «deterioro» de la seguridad nacional, Burgess dijo que la ASIO había identificado «servicios extranjeros, incluidos aquellos amigos de Australia» que estaban mostrando un gran interés en el programa AUKUS.
«Muchos países buscan incansablemente información sobre nuestras capacidades militares. «El personal de defensa está siendo objeto de ataques individuales, incluso online», afirmó el director de ASIO. “Algunos han recibido recientemente regalos de sus homólogos internacionales. «Esos regalos contenían dispositivos de vigilancia ocultos», añadió, sin dar más detalles.
Estos servicios exteriores, explicó, buscan averiguar cómo utilizará Australia sus futuros SNA y «socavar la confianza de sus aliados», así como «el apoyo a AUKUS». Y temer «un posible sabotaje si se intensifican las tensiones regionales».
Es probable que los servicios de inteligencia chinos estén detrás de la medida, especialmente porque Pekín criticó el pacto AUKUS tan pronto como se anunció, citando particularmente violaciones de las reglas de no proliferación nuclear. Lo cual no carece de fundamento, dado que los reactores de los SNA estadounidenses y británicos necesitan uranio de grado militar [es decir, enriquecido a más del 90%] para funcionar, a diferencia de sus homólogos franceses.
En cuanto a los servicios «amigos» mencionados por Burgess, es posible que pertenezcan a países que buscan vender submarinos a Australia en caso de que la ampliación de los seis Collins de la RAN no sea posible… o si el programa AUKUS no sigue adelante como está previsto.
«En un mundo más complejo y competitivo, los estados querrán saber más sobre sus enemigos -y algunos de sus amigos- para comprender mejor sus intenciones y capacidades estratégicas», dijo Burgess.
Laurent Lagneau
Australia ya sufrió ciberataques en el año 2016, se cree de hackers chinos, que lograron extraer varios terabytes de info de las empresas involucradas en el programa F-35 australiano. Luego, los mismos australianos se encargaron de aclarar que la info comprometida no incluía niveles de seguridad, es decir relativas a sigilo o sistemas avanzados. Sin embargo, algunos años después, los prototipos chinos Chengdu J-20 y Shenyang FC-31 (J-31), montaban sistemas electroópticos similares al EOTS del F-35. Se conoce también la gran actividad que despliegan otros cibernautas, además de los chinos, como rusos e iraníes principalmente; pero también de algunos países «amigos», como Turquía, India y Corea del Sur. Estos tres últimos países tienen proyectos de submarinos muy avanzados, incluso SSN por parte de India. No decimos que estos países pudieran ser «ladrones», sino mencionamos los que más suelen ser nombrados. Imaginamos que los países signatarios de AUKUS habrán tomado sus recaudos a la hora de compartir info, ya que vienen prevenidos desde hace muchos años de estas actividades. Empresas estadounidenses han sido previamente saqueadas de info relativas a los F-22 F-35 y otras armas avanzadas, en especial por hackers chinos, pero quizá no sean los únicos. Es buena noticia que salten alertas en este tema, quiere decir que los actores están alerta.