Canadá anuncia avances en gasto de defensa pese a no alcanzar el objetivo del 2% de la OTAN.

El gobierno canadiense está promocionando su nueva estrategia de defensa como un paso importante hacia la modernización, mientras minimiza el fracaso del país para alcanzar los objetivos de gasto acordados con sus aliados.

La política, denominada “Nuestro Norte, fuerte y libre”, anunciada en abril, promete unos 73.000 millones de dólares canadienses (53.000 millones de dólares) en nuevos gastos militares durante los próximos 20 años, de los cuales 8.000 millones de dólares se destinarán a los próximos cinco años.

“Sólo el próximo año nuestro gasto en defensa aumentará un 27%”, dijo el ministro de Defensa, Bill Blair, en unas declaraciones el 1 de mayo en el Instituto Canadiense de Asuntos Globales en Ottawa.

Ese aumento del gasto incluirá la adquisición de unos 140 nuevos aviones de combate, incluidos cazas Lockheed Martin F-35A y aviones de patrulla marítima Boeing P-8, junto con unos 30.000 millones de dólares destinados a modernizaciones en el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, conjunto de Canadá y Estados Unidos ( NORADO). 

En particular, las mejoras de NORAD están dirigidas a nuevos radares sobre el horizonte que, según Blair, darán al comando de Colorado Springs una “visión clara de 360 ​​grados de las amenazas entrantes”.

Lo que no hace la nueva estrategia militar de Ottawa es cumplir con el compromiso de gasto en defensa acordado por todos los miembros de la OTAN en 2023.

Los jefes de Estado de la alianza militar euroatlántica se comprometieron formalmente a gastar cada uno el equivalente de al menos el 2% del producto interno bruto en defensa en una cumbre celebrada en Lituania el verano pasado.

Ese objetivo se estableció por primera vez como directriz en 2014.

Canadá ha estado siempre rezagado en este sentido: las últimas cifras de la OTAN sitúan los gastos de Ottawa en menos del 1,5% del PIB canadiense.

Blair reconoce que el plan Nuestro Norte no logra alcanzar el objetivo del 2%, ni siquiera dentro de dos décadas. Sin embargo, el jefe de policía de Toronto sostiene que el plan ofrece mejoras significativas, en consonancia con el espíritu del acuerdo de la OTAN.

“Evidentemente, esto es menos del 2%”, reconoce. “Pero lo que equivale es casi triplicar el gasto en defensa”, añade Blair, en referencia al inicio en 2015 del actual gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau.

Queda por ver si los miembros de la OTAN llegan a una interpretación similar. Sin embargo, Blair parece optimista al respecto.

“Estamos en una fuerte trayectoria ascendente”, afirma. “He podido brindarles a nuestros aliados garantías de que sabemos que debemos hacer más”.

“Canadá está y va a hacer su parte”, añade el ministro de Defensa.

El actual derroche armamentístico de Ottawa, que incluye nuevos aviones y buques de guerra, representa la mayor modernización militar de Canadá desde la Segunda Guerra Mundial.

Blair dice que el “trabajo número uno” del esfuerzo será “proteger cada centímetro de la soberanía de Canadá”, con especial atención en el Alto Norte.

Si bien la geografía natural garantizó la seguridad de los territorios del Ártico y del norte de Canadá en décadas pasadas, Blair sostiene que ya no se puede confiar en la protección por sí sola, gracias al adelgazamiento del hielo marino y a la tecnología militar moderna.

Los datos citados por Ottawa indican que la región ártica está experimentando un calentamiento de la temperatura a un ritmo cuatro veces superior al promedio mundial, “lo que la hace más accesible y atractiva para nuestros competidores”, señala Blair.

La última estrategia de defensa canadiense predice que el Océano Ártico podría convertirse en la ruta marítima más eficiente entre Europa y Asia para el año 2050.

“Rusia y China ven el Ártico como clave para expandir su influencia”, dice Blair.

Ambos estados, según Ottawa, están invirtiendo en misiles de crucero de largo alcance, nuevos submarinos y armas hipersónicas que son más rápidas y difíciles de detectar, socavando las anteriores ventajas geográficas de América del Norte en la región ártica.

Blair dice que las nuevas inversiones en radares de largo alcance, cazas furtivos y aviones de patrulla “mejorarán enormemente” la capacidad de Canadá para detectar amenazas desde el norte.

“Está atrasado, es necesario y va a suceder”, afirma, señalando que la mayoría de las nuevas plataformas alcanzarán su capacidad operativa inicial entre 2026 y 2030.

La nueva estrategia de defensa también pretende proporcionar un flujo de ingresos estable y predecible a la industria canadiense, que respaldará un aumento a largo plazo en la producción de municiones.

Ryan Finnerty

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