Japón, Gran Bretaña e Italia se reunirán en Tokio para el desarrollo del futuro caza de quinta generación.
Japón, Gran Bretaña e Italia tienen previsto celebrar una reunión ministerial de Defensa en Tokio el próximo mes, según informaron fuentes cercanas al encuentro, en la que se discutirá su plan para el desarrollo conjunto del avión de combate de nueva generación GCAP.
También es probable que el ministro de Defensa, Yasukazu Hamada, y sus homólogos británico e italiano, Ben Wallace y Guido Crosetto, debatan sobre la cooperación en la región del Indo-Pacífico, donde China ha intensificado sus actividades militares, añadieron las fuentes.
En diciembre del año pasado, los líderes de los tres países acordaron desarrollar conjuntamente un avión de combate de última generación en torno a 2035, ya que el entorno de seguridad mundial se ha agravado debido, en gran medida, a la invasión rusa de Ucrania.
Por parte de Japón, el proyecto a tres bandas con los dos miembros de la OTAN es el primer desarrollo de equipos de defensa con naciones distintas de su aliado de seguridad, Estados Unidos.
Los jefes de defensa de Japón, Gran Bretaña e Italia también podrían entablar conversaciones para explorar la posibilidad de exportar el nuevo caza a otros países, dijeron las fuentes.
Para facilitar la exportación de armamento en el futuro, el gobierno japonés señaló en su Estrategia de Seguridad Nacional, actualizada en diciembre, que estudiará la posibilidad de revisar las estrictas directrices de la nación en materia de exportación de equipos de defensa a otros países.
Según las fuentes, la administración del primer ministro Fumio Kishida se ha mostrado dispuesta a modificar, en abril o más adelante, las estrictas normas que se han mantenido durante mucho tiempo en virtud de la Constitución pacifista de Japón.
Al margen de la reunión ministerial de defensa prevista, los ministros también están organizando una visita a Chiba para asistir a una exposición comercial de equipos de defensa a gran escala que se celebrará durante tres días hasta el 17 de marzo, dijeron las fuentes.
Las principales empresas responsables del proyecto del avión de combate, como la japonesa Mitsubishi Heavy Industries, la británica BAE Systems y la italiana Leonardo, participarán en el evento de Chiba, añadieron las fuentes.
El nuevo avión de combate sustituirá a unos 90 cazas F-2 japoneses, que comenzarán a retirarse en 2035, y a unos 240 Eurofighter británicos e italianos, según funcionarios del gobierno japonés.
En diciembre, los líderes de los tres países también prometieron consolidar su «larga relación en materia de defensa», al tiempo que se comprometían a seguir reforzando sus cadenas de suministro y sus bases industriales.
The Japan Times
Parece que esta vez si va en serio y quizás empiecen en construir los primeros prototipos en tres años.
Pero Japón debería de convertir al menos 50 de sus F-2 en drones de combate con una buena capacidad de portar misiles para el nuevo avión de 5.ª generación.
Cuando este caza de 5ª generación esté surcando los cielos, el NGAD ya estará plenamente operativo.
Quizas deberian ofrecer a India algún tipo de colaboración creo que estarían interesados
Creo que debe haber un error en el titular. Aunque no lo cita el artículo, el avión debe ser el Tempest, que no es de quinta generación, sino de sexta, como el FCAS.
La «fusión» de los programas británico «Tempest» (BAE Systems) con el F-X japonés (Mitsubishi F-3) tiene importantes significancias para ambos países y quizá podría asegurar que el proyecto resultante realmente pueda concretarse, si continúa la actual asociación. UK y Japón vienen cooperando en investigaciones tecnologicas militares desde hace un tiempo. Por ej. Mitsubishi y BAE Systems están desarrollando el misil AAM/BVR JNAAM (futura arma del F-35) desde 2017 y Rolls Royce e IHI acordaron a finales de 2021 desarrollar el nuevo motor avanzado de ciclo variable que propulsará a ambos cazas. Asimismo, ambas naciones están implicadas en el proyecto «JAGUAR» un sistema de detección temprana de amenazas -desde tierra, aire o mar- basado en un nuevo tipo de tecnología de sensores de radiofrecuencia, que debería equipar al Tempest y al F-3. Esta unión es importante para ambas naciones no sólo por sus efectos económicos, industriales y tecnológicos -de gran importancia- sino por sus efectos políticos a largo plazo, ya que permitiría a ambos la gran oportunidad de romper su dependencia de EEUU.
(Sigue): Analicemos brevemente: Japón: La íntima relación de Tokio con Washington ha asegurado desde el inicio de la guerra fría su integridad frente a las grandes amenazas regionales, primero la URSS y ahora China, Corea del Norte y Rusia, pero a cambio de condicionarlo funcional y tecnológicamente. Esto significa que su propia defensa depende de la provisión de EEUU y el nivel tecnológico del ritmo que éste le imponga. El ejemplo más contundente es su defensa aérea, cuyo componente esencial, el F-15J, desde finales de los años ’80 había establecido un nivel de superioridad tecnológica fundamental con sus vecinos, en especial con China, que en esos años contaba con interceptores de la serie Chendu J-8 y cazas ligeros Chengdu J-7 y Shenyang J-6, claramente desfasados respecto de los cazas japoneses e incluso de Rusia, que luego de la ruptura de la URSS relajó las tensiones, concentrada en resolver cuestiones urgentes, como la reorganización política y en especial reorientar su economía.
(Sigue): El F-15J combinado con la red de radares que cubría la totalidad del territorio y amplias zonas marítimas, aseguró su defensa durante más de dos décadas. La introducción del misil autóctono AAM-4 en 2007 en los Eagles incrementó aún más su capacidad. Pero la producción de aviones modernos por parte de China (esencialmente J-10, J-11 y más cercanos en el tiempo versiones avanzadas de éstos más el J-16 y el J-20 furtivo), obligaron al país del sol naciente a revisar su posición de seguridad. Por ello, la negativa de EEUU a suministrar cazas F-22 con los que restablecer la antigua superioridad tecnológica nipona fue un duro golpe que Tokio tuvo que absorber. En años recientes la ascensión de Corea del Norte como potencia nuclear y su demostrada animosidad hacia el país insular y la actitud belicosa de China con Taiwán y vecinos en el sector del mar de China Meridional, lo obligaron a empezar a plantear seriamente la necesidad de romper la dependencia estadounidense y desarrollar su propio vector de combate principal, que debería incluir todas las características presentes en los aviones de 5ta gen y avanzar más allá, hacia los denominados de 6ta gen.
(Sigue): Mientras tanto, como paliativo al F-22 Tokio emprendió la modernización de una parte de su flota de F-15J (proyecto F-15JSI) -en especial sensores, armas, EW y cabina avanzada-, una solución limitada nuevamente por los condicionamientos. Esto se vio reflejado en la demora del inicio del programa, decidido en 2019. Inicialmente Japón deseaba modernizar hasta 98 aviones -de 102 señalados como factibles- e incluir nuevas capacidades, como armas AS, incluyendo el misil JASSM (AGM-158) AB e integrar armas AA locales, esencialmente el AAM-4B (el primer BVR con cabeza buscadora AESA del mundo, en servicio desde 2010) y el JNAAM. Pero desacuerdos con el contratista principal (Boeing, cuyo prototipo F-15MJ será realizado en sus instalaciones en St. Louis) y el gobierno norteamericano por cuestiones de incremento de costos e integración de sistemas autóctonos, el programa comenzará en 2023 y no incluirá capacidad AB, aunque incorporará un sistema IRST y hasta 18 AAM AIM-120, inicialmente en 20 unidades. A medida que el programa vaya avanzando se irán sumando el resto, de los que por ahora hay confirmación sólo de 60 unidades.
(Sigue):El programa F-15JSI deberá haber sido completado hacia finales de 2028, si todo marcha como se prevé y no surgen nuevos imprevistos. Quizá se aproveche para incorporar algunas tecnologías que luego se aplicarán en el F-3, pero sigue dependiendo de los permisos de EEUU. Daría la impresión que el F-15JSI podría ser un émulo del nuevo F-15EX, para trabajar en una asociación similar a la de la USAF con el F-35A. Según toda evidencia, más que un caza tactico para reemplazar el F-2 el nuevo F-3 pareciera ser el reemplazo del F-15, un caza pesado de gran radio de acción y altas prestaciones. Hasta el momento Japón sólo había desarrollado escasos aviones de combate tácticos: el Mitsubishi F-1, una evolución monoplaza del entrenador supersónico T-2 (a su vez inspirado aerodinámica y estructuralmente en el SEPECAT Jaguar biplaza) y el Mitsubishi F-2, un caza medio desarrollado en cooperación con Lockheed-Martin, en realidad una versión del F-16 agrandada en un 20%. En el rubro de cazas de defensa aérea Japón siempre había dependido de aviones estadounidenses (F-86J, F-104J, F-4EJ y F-15J).
(Sigue): El nuevo proyecto F-X (alias F-3), planteaba algunos problemas económicos y también relacionados con las tecnologías furtivas, de las que Japón carecía. Por ello inicialmente no sorprendió a nadie que a mediados de 2020 el gobierno japonés declarara a Mitsubishi como su contratista principal para la célula (que unos años antes había realizado el desarrollador tecnológico ATD-X Shinshin), a IHI para crear los motores (que también venía desarrollando prototipos avanzados) y a Lockheed-Martin como consultor externo en tecnologías furtivas. Pero la reticencia demostrada por la empresa norteamericana para compartir ciertos niveles de conocimiento así como para desarrollar tecnologías conjuntas, obligó a Tokio a buscar nuevos horizontes, por lo que a mediados de 2022 propuso al gobierno británico intensificar la cooperación tecnológica. Este nuevo acercamiento condujo hacia finales de 2022 a un nuevo acuerdo, no ya con UK sino con el resto de los integrantes del proyecto «Tempest» (que BAES lidera) con el fin de unificar ambos proyectos, que podría culminar en un mismo tipo de avión, fusionándolos.
(Sigue): Gran Bretaña: Por su parte, UK también necesitaba empezar a apartarse de EEUU, ya que había pasado de ser un productor de defensa autosuficiente a reemplazar una gran parte de sus sistemas sensibles (AEW, PM, transporte táctico y estratégico, helicópteros de ataque, etc.) por otros de origen foráneo, sobre todo estadounidense. Por otra parte BAE Systems, su principal y casi hegemónico conglomerado de defensa, fue siendo absorbido por los pedidos del Pentágono al punto que un porcentaje muy alto de sus ingresos totales provenían de los EEUU. BAES había nacido con el nuevo siglo y era el resultado de la fusión del único conglomerado aeroespacial británico (BAe) con el sector de defensa de la compañía estadounidense GE (MEL Electronics). Pero el gigante resultante iba más allá, pues incluía decenas de empresas de otros sectores de defensa: electrónica, armas y sistemas terrestres, vehículos blindados, construcciones navales, etc.
(Sigue): Pero este crecimiento no pudo ser sostenido por el gobierno británico, que fue disminuyendo paulatinamente su participación en los porcentajes de producción de las empresas de defensa, proceso intensificado luego de la desaparición de la URSS, especialmente para el gigantesco BAES, que debieron extenderse a nuevos horizontes para sobrevivir. Paulatinamente, desde mediados de la década del ’90 los pedidos del Pentágono fueron integrando al gigante británico al propio sistema productivo de defensa norteamericano y paralelamente haciéndolo dependiente del mismo, alejándolo cada vez más de la misma órbita británica y empujándolo a la cooperación internacional. De hecho, BAES fue la única empresa extranjera a la que se le permitió integrar el proyecto JSF (futuro F-35) como socio de nivel 1, gracias a esa relación de integración -y dependencia- que señalamos. Evidentemente BAES ha realizado muy buenos negocios con y en EEUU, al punto que las patentes de las tecnologías y productos desarrollados para JSF son de su pertenencia y es la única empresa occidental no estadounidenses con experiencia en tecnologías stealth aplicadas.
(Sigue): Son estas tecnologías las que permiten a la empresa británica liderar proyectos como el del «Tempest». Pero el gobierno británico ve con preocupación cómo su principal empresa estratégica en realidad trabaja para EEUU. Si nos remitimos al sector aeroespacial, notamos que al finalizar la SGM, UK era un país autosuficiente, con numerosas empresas capaces de crear aviones de combate (terrestres y navales) incluyendo bombarderos estratégicos, entrenamiento, patrulleros marítimos, transportes pesados y ligeros, reconocimiento y observación, lucha electrónica, etc., junto con sus armas -incluyendo bombas atómicas y misiles- y sistemas. En el sector civil su industria estaba a la vanguardia tecnológica, desarrollando aviones de transporte a reacción (DH Comet) cuando el mundo aún seguía fabricando aviones a hélices y su aviación ligera tenía amplia penetración en el mercado europeo y mundial. Pero con el transcurso de las décadas, UK fue perdiendo penetración en ambos sectores, militar y civil, al punto de su casi desaparición del sector civil y el militar reducido a aviones de combate y helicópteros, sistemas electrónicos y misiles (MBDA).
(Sigue): Este fenómeno puede ser notado en la composición del material de las FFAA británicas, en las que cada vez existen menos modelos de origen local y en menos funciones. Por ejemplo el BAe Hawk es el último avión de entrenamiento de origen indígena, a punto de comenzar su retiro y sin reemplazo (nacional) a la vista. En casi todas las funciones han ido introduciéndose modelos de origen extranjero, sobre todo estadounidenses, por falta de modelos de origen nacional competitivos. El apartado de transportes, patrulla marítima y AEW resulta emblemático de esa falta de incentivo gubernamental que ha culminado en el abandono de proyectos prometedores, siendo directamente reemplazados en las FFAA por modelos estadounidenses. El F-35 (en parte reemplazo de las tareas que antes desempeñaba el Harrier), que tanto ha beneficiado a BAES, en realidad ha reducido las capacidades financieras del MinDef, que debe asignar grandes sumas a un sistema extremadamente costoso, que se necesitan para otros proyectos, entre ellos el desarrollo de una versión EW del EF. Tal es así, que a las cifras de F-35 iniciales, UK deberá imponer importantes reducciones.
(Sigue): Por todo lo descripto es importante para el gobierno británico que su principal empresa estratégica desarrolle un proyecto de vanguardia tecnológica y que lo haga junto a Japón, otro país vanguardista del mundo, ya que ambos comparten necesidades materiales y operativas comunes. Asimismo, para ambos es una oportunidad que esta cooperación, de lo que ya tienen antecedentes exitosos, produzca una sinergia económica y tecnológica que pueda ser aprovechada para cortar una dependencia peligrosa de EEUU, aún siendo el mejor -y mayor- aliado político de ambos. La fusión Tempest/F-3 se ve asimismo reforzada por países como Italia y Suecia, que tienen una larga tradición de cooperación con la industria de defensa de UK y poseen una base industrial amplia y diversificada. Suecia sólo participaría en los desarrollos tecnológicos para aplicarlos a su propio caza ligero monomotor, con lo que el grupo poseería una amplia gama de opciones para sus futuros clientes -o nuevos socios-.
(Sigue): En este sentido no sorprende que el ministro de defensa británico (Wallace) ponga énfasis en que el grupo conformado debe seguir por el camino trazado, que debe establecer metas precisas y cumplirlas, ya que Japón desea tener operativo el sistema hacia 2035, y que el abandono de cualquier socio sería fatal. Éste es un gran desafío, por cierto. Por lo expuesto, queda claro que es de suma importancia para el gobierno británico que éste proyecto vea la luz, por lo que debe presionar a sus socios para que los compromisos asumidos se concreten definitivamente en una fusión. Por el momento pareciera que tanto éste proyecto, como el SCAF franco-hispano- alemán están encaminados a su concreción. Quizá en el futuro también puedan fusionarse, aunque quizá no exista -al menos hoy- un verdadero interés en ello, ya que ambos grupos están luchando aún para sobrevivir y buscar identidad. Mientras tanto EEUU avanza rápidamente hacia una nueva generación de aviones de combate y ya posee todas las tecnologías para ello, los grupos industriales conformados y la estructura financiera adecuada.