La llegada del avión chino Y-20 a Egipto preocupa a Estados Unidos.
Los cielos de Egipto fueron testigos ayer de una escena inusual: cinco o seis aviones de transporte militar chinos Xi’an Y-20 aterrizaron, según lo rastreado por observadores de inteligencia de fuentes abiertas y datos de vuelo de plataformas como Flightradar24.
Este evento, que tiene lugar a mediados de abril de 2025, ha suscitado curiosidad y debate entre analistas y entusiastas. Si bien la naturaleza exacta del cargamento permanece desconocida, la llegada de estas enormes aeronaves indica una profundización de los lazos militares entre China y Egipto, lo que plantea interrogantes sobre las ambiciones estratégicas de Pekín en una región marcada desde hace tiempo por la influencia occidental y rusa.
El despliegue del Y-20, piedra angular de la creciente capacidad de transporte aéreo de China, subraya un cambio geopolítico más amplio, que podría reformular las alianzas y la dinámica de poder en todo Medio Oriente y el norte de África.
El Xi’an Y-20, oficialmente llamado “Kunpeng” en honor a una criatura mítica china, pero apodado cariñosamente “Chica gordita” dentro de los círculos de aviación de China por su ancho fuselaje, representa un logro significativo para la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación [PLAAF].
Desarrollado por Xi’an Aircraft Industrial Corporation, el Y-20 realizó su primer vuelo en enero de 2013 y entró en servicio en julio de 2016, marcando el ingreso de China al club de élite de naciones capaces de producir transportes militares de carga pesada.
Con un peso máximo de despegue de aproximadamente 220.000 kilogramos [485.000 libras] y una capacidad de carga útil de hasta 66 toneladas métricas, el Y-20 está diseñado para transportar una amplia gama de equipos, desde tanques y vehículos blindados hasta tropas y suministros humanitarios.
Su bodega de carga, de aproximadamente cuatro metros de altura, puede albergar los tanques más pesados de China, como el Tipo 99A, o varios vehículos más ligeros, como el Tipo 15. La autonomía del avión varía según su carga: puede recorrer 7.800 kilómetros con 40 toneladas de carga o 4.500 kilómetros con la carga completa, lo que lo convierte en una plataforma versátil para operaciones de larga distancia.
Las especificaciones técnicas del Y-20 lo ubican en la misma liga que aviones de carga pesada establecidos como el Boeing C-17 Globemaster III estadounidense y el Ilyushin Il-76 ruso, aunque no alcanza la mayor capacidad de carga útil del C-17, de 77 toneladas.
Los primeros modelos del Y-20 estaban equipados con motores turbofán Soloviev D-30KP-2 de fabricación rusa, pero las variantes recientes, denominadas Y-20B, han pasado a utilizar los motores Shenyang WS-20 desarrollados en China.
Estos motores, que producen aproximadamente 28,660 libras de empuje cada uno, mejoran el rendimiento de la aeronave, ofreciendo una mayor eficiencia de combustible y la posibilidad de una mayor autonomía y carga útil. El cambio a motores autóctonos refleja el impulso generalizado de China hacia la autosuficiencia en tecnología militar, reduciendo la dependencia de proveedores extranjeros.
El diseño del Y-20 incorpora características avanzadas, incluidos componentes impresos en 3D para agilizar la producción y técnicas de definición basadas en modelos para reducir los costes de fabricación, posicionándolo como un competidor moderno en el ámbito del transporte aéreo global.
La versatilidad de la aeronave va más allá del transporte de carga.
Variantes como el Y-20U sirven como reabastecimiento aéreo, ampliando el alcance de los aviones de combate chinos, como el J-20 y el J-16. Además, se ha avistado en pruebas un prototipo de sistema de alerta temprana y control aéreo, provisionalmente denominado KJ-3000.
Estas adaptaciones resaltan el papel del Y-20 como una plataforma multifunción, capaz de soportar una variedad de misiones, desde logística de combate hasta proyección de poder estratégico.
Su capacidad para operar en diversas condiciones, incluidos aeródromos de gran altitud y pistas sin pavimentar, lo hace particularmente adecuado para operaciones en entornos desafiantes, una característica que se alinea con la creciente presencia militar global de China.
La importancia de la aparición del Y-20 en Egipto no radica sólo en su destreza técnica, sino también en el contexto de la creciente relación de China con El Cairo.
Egipto, estratégicamente ubicado en la encrucijada de África, Oriente Medio y el Mediterráneo, ha sido durante mucho tiempo un actor clave en la geopolítica regional. Su control del Canal de Suez, arteria vital para el comercio mundial, refuerza su importancia, al igual que su numeroso e influyente ejército.
Durante décadas, Egipto ha dependido de una combinación de proveedores de armas occidentales, rusos y europeos, equilibrando sus relaciones con Estados Unidos, Rusia y Francia. Sin embargo, en los últimos años, El Cairo ha recurrido cada vez más a China para diversificar su arsenal, impulsado tanto por consideraciones económicas como por cálculos estratégicos.
B.Military
La ultima vez que desfilaron tantos Y-20 por esas latitudes fue para la entrega de los sistemas HQ-22 a Serbia.
Hay que preguntarse que carga llevarían. El problema del armamento chino, además de su efectividad que está aún por probar, es el problema que suelen tener de soporte post venta, repuestos, reparaciones… Una cosa es lo que publicitan y otra lo que al final aparece…