Un submarino nuclear hundido podría estar vertiendo radiación al océano
Los restos del submarino llevan más de 30 años en el fondo del mar, pero ¿están contaminando ahora las aguas circundantes?
El 7 de abril de 1989, un submarino nuclear ruso se hundió frente a las costas de Noruega tras declararse un incendio a bordo como consecuencia de un cortocircuito. En ese momento, el submarino transportaba dos torpedos nucleares que se llevó consigo a las frías profundidades del Océano Ártico. A día de hoy, ni el buque ni sus armas han sido recuperados y, por desgracia, parece que estos artefactos de la Guerra Fría han estado filtrando materiales radiactivos desde entonces.
Un terrible accidente
El K-278 Komsomolets ruso, como se llamaba el submarino, era un submarino de ataque de propulsión nuclear que pertenecía a la armada soviética. Entró en servicio en 1983 y fue uno de los primeros submarinos con casco de titanio, lo que le permitía sumergirse a profundidades mucho mayores que cualquiera de sus competidores: el buque podía alcanzar profundidades inferiores a 914 metros. El K-278 fue el único de su clase que entró en servicio.
En el momento de su fatal accidente, el K-278 realizaba una patrulla rutinaria a unos 180 kilómetros (112 millas) al sureste de la Isla del Oso, frente a la costa de Noruega. Se encontraba a unos 152-381 metros de profundidad cuando se declaró un incendio en el compartimento de popa (en la parte trasera del buque) que, en cuestión de minutos, provocó una serie de problemas eléctricos en todo el submarino. Como consecuencia, el reactor de agua a presión que alimentaba al K-278 se apagó rápidamente.
La tripulación luchó contra el fuego durante varias horas, pero finalmente todo el submarino se inundó y se hundió en el fondo del mar. De los 69 tripulantes que iban a bordo en aquel momento, sólo sobrevivieron 27. La mayoría perdieron la vida por hipotermia mientras esperaban el rescate en el mar helado.
¿Cuál es el legado?
Durante más de 30 años, el K-278 y sus torpedos nucleares han descansado en el fondo del océano, en una de las zonas pesqueras más ricas del mundo. En ese tiempo, el agua de mar ha corroído lentamente el casco del buque y las carcasas que rodean sus ojivas nucleares, que han ido filtrando material radiactivo al océano circundante.
En 2019, investigadores de Noruega informaron que algunas muestras tomadas del agua en el lugar del naufragio del K-278 tenían unos niveles de radiación 800.000 veces superiores a lo normal en el mar de Noruega. Las muestras de cesio radiactivo (cesio-137) fueron recogidas en un pozo de ventilación del buque hundido por un vehículo noruego operado por control remoto (ROV).
Aunque esta cifra parece extremadamente alta, cabe señalar que otras muestras tomadas en la época no mostraban valores elevados.
Aún se desconoce si la contaminación procede del reactor nuclear o de los torpedos. Sin embargo, los investigadores noruegos no creen que haya que alarmarse todavía.
Desde principios de la década de 1990, el Instituto Noruego de Investigación del Maine (IMR) y la Autoridad Noruega de Radiación y Seguridad Nuclear (DSA) han vigilado y analizado las aguas que rodean los restos del naufragio. Hasta la fecha, cualquier fuga que se produzca está ocurriendo a niveles que no son perjudiciales para el medio ambiente circundante. Esto se debe principalmente a que el buque se encuentra a tal profundidad que la contaminación se diluye antes de convertirse en peligrosa.
Según los modelos elaborados por el IMR, incluso si todo el cesio radiactivo del K-278 se derramara a la vez, el impacto sobre la vida marina sería insignificante.
Russell Moul
En el Mar Ártico se encuentran grandes cantidades de residuos radiactivos de la era Soviética. Un total de 17’000 contenedores con desechos nucleares, 19 cargueros con residuos radiactivos, como también 14 reactores y 3 submarinos nucleares hundidos, se encuentran actualmente en la profundidad e irradian las zonas pesqueras. Este patrimonio radiante soviético-ruso puede ser descrito como una bomba de tiempo.
En España tenemos muchos residuos de Palomares sin solucionar, por poner un ejemplo.