Con la vista puesta en un futuro contrato, Japón envía una fragata clase Mogami a Australia para realizar ejercicios.
La Fuerza de Autodefensa Marítima (MSDF) enviará una de sus fragatas clase Mogami a Australia para ejercicios militares conjuntos en los próximos días, dijo el miércoles el ministro de Defensa, general Nakatani, mientras Tokio compite con Alemania por un lucrativo contrato para construir nuevas fragatas para Canberra.
Nakatani dijo que la fragata clase Noshiro Mogami se dirigirá a Australia para los simulacros desde el lunes hasta el 3 de abril, y que el buque también hará escala en Filipinas.
Se cree que el envío forma parte de un esfuerzo de Japón, uno de los dos finalistas junto con Alemania, para ganar el contrato con Australia para el desarrollo conjunto de nuevas fragatas. Se espera que Canberra tome una decisión final sobre el asunto a finales de año.
De ganarse, el contrato sería el mayor acuerdo de exportación militar en la historia de posguerra de Japón y ofrecería un gran avance para la moribunda industria de defensa del país.
Nakatani dijo el miércoles que, si bien llevarse a casa el contrato tendría “importancia”, el objetivo principal del envío es mejorar las habilidades de la MSDF y fortalecer la cooperación con la Marina Real Australiana, aunque esperaba que también mejorara la confianza mutua y condujera al progreso en la cooperación de defensa entre Japón y Australia.
“Japón y Australia comparten valores fundamentales e intereses estratégicos, y hemos formado una asociación estratégica especial en la región del Indo-Pacífico”, afirmó.
En el marco del proyecto australiano, que tiene un presupuesto de entre 7.000 y 11.000 millones de dólares australianos (4.300 y 6.800 millones de dólares) durante la próxima década, Canberra busca entre siete y 11 fragatas de propósito general optimizadas para la guerra submarina para reemplazar sus buques de guerra de clase Anzac.
Para tener las fragatas lo más rápido posible (la primera debe estar en el agua en 2029), los tres buques iniciales se construirían en el extranjero en el astillero del diseñador, mientras que la fabricación de los barcos restantes se trasladaría a Henderson en Perth, Australia Occidental.
Para cumplir con este requisito, Tokio está presentando una versión mejorada, aún no utilizada, de sus fragatas clase Mogami.
El Japan Times informó el mes pasado que los funcionarios de defensa japoneses han dicho que están adoptando “un enfoque más holístico” ante la oferta que el visto en el fallido intento de Tokio de vender submarinos a Canberra en 2016.
Esto ha incluido el lanzamiento en diciembre de un comité de promoción público-privado conjunto exclusivamente para el proyecto, así como una elegante campaña de marketing que ha incluido un vídeo en inglés presumiblemente dirigido a audiencias australianas y otras audiencias internacionales para promover las fortalezas del Mogami en términos de su tecnología furtiva, interoperabilidad, eficiencia de la mano de obra y capacidades no tripuladas en evolución.
Pero Japón se enfrenta a una dura competencia por parte de Alemania, que busca ganar el contrato con su oferta para construir las fragatas Meko A-200. Ese modelo es una evolución de la actual clase de buques australianos Anzac, lo que significa que su selección garantizaría la continuidad.
Tom Corben, investigador del Centro de Estudios de Estados Unidos de la Universidad de Sydney, dijo que la visita del Noshiro será “una gran oportunidad” para mostrar el grado de interoperabilidad preexistente entre los buques de la clase Mogami y el resto de la flota naval de Australia, así como las capacidades de guerra furtiva y multidominio del buque japonés.
“Demostrar que la clase Mogami puede operar e integrarse fácilmente con las fuerzas australianas y en aguas australianas sin duda será muy positivo para el perfil del Mogami y para las posibilidades de Japón de conseguir la licitación de fragatas australianas”, dijo.
“Todos los sectores relevantes del sistema japonés parecen estar alineados en torno a esta oferta, algo que no hicieron necesariamente en el caso de la fallida venta del submarino Soryu en 2016”, afirmó. “También hay mucho apoyo en sectores clave del ecosistema de defensa australiano para el Mogami”.
Jesse Johnson
Ninguna de las fragatas finalistas es mejor que la que ofreció Navantia, esta claro que hay malas intenciones contra Navantia.
Australia tiene algún tipo de problema «Patologico»:
Está volviendo loco a todo el Mundo con «sus» Submarinos, Fragatas, NH-90, Tigres… Eso de vivir en la zona más lejana del Globo Terraqueo…
Ademas…. No creo que el Jefe de la ROYAL A. NAVY, quiera Barcos de La Imperial Armada del Sol Naciente.
NAVANTIA se veía ganadora en el concurso australiano de fragatas y Japón en el de submarinos. Japón aprendió la lección y ahora parece estar esforzándose. NAVANTIA sigue proclamando que los australianos se equivocaron pero no ha aprendido aún a vender y así se le escapan los contratos internacionales. Los franceses derrotaron a los japoneses en el concurso de submarinos, ellos si saben vender. Pero luego la pifiaron al no saber llevar la ejecución del contrato.