EEUU quiere ampliar el número de bases en Filipinas con la vista puesta en China.
La medida, que se espera sea anunciada esta semana, es la última señal del rápido avance de las relaciones bilaterales bajo la presidencia de Ferdinand Marcos Jr.
Ayer, el Washington Post informó que el ejército estadounidense estaba a punto de asegurarse el acceso a un mayor número de bases militares en Filipinas, en un momento en el que las relaciones se están caldeando rápidamente desde la elección de Ferdinand Marcos hijo.
Según el informe del WaPo, que se basa en fuentes gubernamentales estadounidenses y filipinas, la ampliación implica el acceso de Estados Unidos a un número indeterminado de instalaciones militares filipinas, «entre las que probablemente se incluyan dos en la isla septentrional de Luzón». Las dos partes también «facilitarán la cooperación en una serie de cuestiones de seguridad, incluida una respuesta más rápida a los desastres naturales y los fenómenos relacionados con el clima.»
Aunque la ampliación aún se está negociando, se espera que se anuncie esta misma semana, cuando el secretario de Defensa, Lloyd Austin, viaje a Filipinas para reunirse con Marcos y Carlito Gálvez, actual secretario de Defensa Nacional en funciones. El informe citaba a un funcionario anónimo del Departamento de Estado que afirmaba que en los últimos meses se había llevado a cabo un «trabajo exhaustivo» para evaluar varios emplazamientos en Filipinas, y que al menos dos de ellos habían sido seleccionados.
El acceso estadounidense se produciría en virtud del Acuerdo de Cooperación Reforzada en materia de Defensa (EDCA, por sus siglas en inglés), que se firmó en 2014, en un momento de creciente preocupación mutua por las acciones agresivas de China en el mar de la China Meridional. El acuerdo permite a Estados Unidos el acceso rotatorio a un número selecto de instalaciones militares designadas por el gobierno filipino. Hasta ahora, se aplica a cinco instalaciones militares -la base aérea Benito Ebuen en Cebú, el aeropuerto de Lumbia en Cagayán de Oro, Fort Magsaysay en Nueva Écija, la base aérea Antonio Bautista en Palawan y la base aérea de Basa en Pampanga-, aunque desde hace varios meses está claro que las autoridades estadounidenses pretenden acceder hasta a cinco más.
Ya se informó de ello en noviembre, cuando Estados Unidos anunció que gastaría más de 66 millones de dólares en la renovación de las cinco bases militares destinadas a la presencia rotativa de tropas en virtud del EDCA. Posteriormente, en una declaración conjunta emitida tras el 10º Diálogo Estratégico Bilateral Filipinas-Estados Unidos (BSD) celebrado en Manila los días 19 y 20 de enero, los dos aliados afirmaron que «la plena aplicación del EDCA está en marcha a través de la ‘finalización acelerada’ de proyectos en ubicaciones, así como añadiendo más ubicaciones a la lista».
Como deja claro el informe del Washington Post, la apertura del acceso del personal estadounidense a las instalaciones militares de la isla de Luzón daría a Washington «una posición estratégica desde la que montar operaciones en caso de conflicto en Taiwán o en el Mar de China Meridional». Luzón está a menos de 200 millas náuticas de Scarborough Shoal, que fue objeto de un prolongado enfrentamiento entre Pekín y Manila en 2012, que dejó a China en posesión del arrecife triangular, y a una distancia similar del extremo sur de Taiwán, sobre el que recientemente han aumentado las tensiones entre China y Estados Unidos.
En caso de que se anuncie esta semana como se espera, la noticia no será más que la última señal de la rápida progresión de las relaciones entre Estados Unidos y Filipinas tras la salida del presidente Rodrigo Duterte, que inició un brusco giro contra Estados Unidos y dirigió su gobierno hacia unas relaciones más amistosas con China, a pesar de las continuas tensiones en el mar de China Meridional.
En su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, a principios de este mes, Marcos dijo que la alianza entre Estados Unidos y Filipinas «seguía siendo fuerte», pero que «la única manera de que siga siendo fuerte y siga siendo relevante es hacer evolucionar esa relación para que ya no sea simplemente lo que era antes».
Señaló que tanto el mundo como la región «han cambiado» y que «para poder responder adecuadamente tenemos que hacer evolucionar estas relaciones».
A pesar de todo lo novedoso, la mejora de las relaciones está marcada por una reversión paulatina a la postura de fuerza de finales de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos mantenía dos enormes bases militares -la base aérea de Clark y la estación naval de Subic Bay- en Luzón, mientras Washington trata de rodear a China continental con despliegues de personal estadounidense destinados a disuadirla de emprender acciones militares contra Taiwán o cualquier otro aliado de Estados Unidos en la región.
«Anticipamos que 2023 va a ser un año muy emocionante para la alianza», se citaba a un alto funcionario de defensa estadounidense en un reciente artículo publicado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. «Ahora mismo, creo que estamos viendo un repunte muy positivo en la trayectoria de la relación». Tal y como están las cosas, aún estamos por ver los límites exteriores de la asociación entre Estados Unidos y Filipinas.
Sebastián Strangio
Es normal que quieran más bases, en el futuro conflicto con China, serán Japón, Filipinas y Taiwán las que hagan de portaviones para los useños, ya que están en el punto de choque entre los dos imperios.
Buena estrategia por parte de EEUU, pues des de la parte más al norte de Luzón, solo hay 365 Km hasta la parte sur de Taiwan, 830 Km de distancia hasta la vital ciudad china de Hong Kong y 630 Km a ciudades costeras como Shantou.
Un acuerdo que sin duda inquietará a los líderes de Pekín.
Afortunadamente,Xi Jinping dejó la senda económica de sus antecesores por una expansionista agresiva,descuidando la economía y afianzando su poder dando pequeños pasos pero firmes.
Se ha dedicado por una agenda más nacionalista, quizás para mitigar los fracasos financieros.
Construir ciudades desde cero donde no vive nadie y carreteras o infraestructuras que nadie usa aún,le ayudó en su día a China para hacer un quiebro a la recesión, pero ya no le ayudará más.
Y para postre,se ha dedicado a potenciar fastuosamente sus fuerzas armadas con un dinero que no va a revertir en su economía, y que ahora le vendría de lujo para tener liquidez y capear el temporal económico.
Si hubiese sido paciente conformándose en ser un grano de arena más, en un futuro podría haber sido imparable, pero el ego de Xi, afortunadamente juega contra China.
La ventana de oportunidad de China se está cerrando con posibilidades de implosionar,y el resto de vecinos le ha visto las orejas al lobo.
El mundo es muy pequeño para tantas potencias ,no lo quedaba otra que apostar por lo militar para quedar estrangulada por sus competidores.
Buen momento para que EEUU inunde a las fuerzas armadas filipinas de armamento y en especial barcos de patrulla y F16 usados