Rusia firma un acuerdo con Venezuela que le permite enviar barcos militares al país caribeño.

El ejército ruso ha firmado un acuerdo que le permitiría enviar barcos militares a Venezuela, expresando su apoyo al país latinoamericano. Estados Unidos ha criticado al actual presidente venezolano, Nicolás Maduro, y ha respaldado los intentos de reemplazarlo.

El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, se reunió este jueves en Moscú con su homólogo ruso, Sergei Shoigu, con quien «firmó un acuerdo sobre las visitas de buques de guerra a los puertos de ambos estados y discutió la situación en Venezuela, así como temas de cooperación militar y técnica bilateral. » El acuerdo se produce cuando Caracas se encuentra en medio de una crisis política de meses de duración entre el presidente Nicolás Maduro, apoyado por Moscú, y el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, apoyado por Washington.

Tras el anuncio la semana pasada del presidente Donald Trump de un boicot casi total a la administración de Maduro, Padrino comunicó a Shoigu que Venezuela «estaba atravesando una situación difícil, debido a las acciones de Estados Unidos», calificándola de «absolutamente insolente por la forma en que viola el derecho internacional».

Shoigu, señaló por su parte, que las autoridades rusas «están siguiendo de cerca los acontecimientos que tienen lugar en Venezuela» y «notan la presión sin precedentes de Washington para desestabilizar la situación en su país». Al ofrecer su apoyo a Maduro para «perseguir una política exterior independiente y contrarrestar los intentos de Estados Unidos de cambiar el gobierno legítimamente elegido», Shoigu dijo que consideraba inaceptable la interferencia externa, especialmente en la atmósfera actual, extremadamente tensa.

Venezuela ya estaba sufriendo una debilitante crisis económica agravada por las sanciones estadounidenses anunciadas por Trump en 2017. Sin embargo, el país estalló con una ruptura política en enero cuando Guaidó se declaró presidente en un movimiento respaldado rápidamente por Washington y sus aliados regionales.

Maduro, que desde entonces ha sido aislado por gran parte de Occidente y sus socios internacionales, ha recibido el respaldo continuo de otros estados latinoamericanos liderados por la izquierda como Cuba, así como de otras potencias extranjeras, como Rusia, China, Irán y Turquía.

Un mes antes de que Guaidó se proclamara líder en enero, los bombarderos rusos realizaron simulacros conjuntos con aviones de guerra venezolanos sobre el Caribe, alarmando a los funcionarios estadounidenses. Desafiando las advertencias de Estados Unidos, Rusia ha seguido desplegando personal en Venezuela como parte de su «cooperación técnico-militar» que se remonta a 2001 con el estado rico en petróleo de todo el mundo.

Cuando Guaidó organizó un levantamiento fallido a finales de abril, altos funcionarios de la administración Trump culparon a Moscú de mantener al líder socialista en el poder, aunque el propio presidente restó importancia a esta conexión. Padrino fue nombrado más tarde por el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, como uno de los tres altos funcionarios venezolanos que supuestamente habían aceptado participar en la conspiración para el cambio de régimen solo para echarse atrás en el último minuto, algo que el general ha negado vehementemente.

Desde entonces, Padrino y Bolton han mantenido acalorados intercambios en Twitter , criticando la posición del otro sobre Venezuela. El miércoles, Bolton comentó sobre la muerte en junio del capitán de la Armada venezolana Rafael Acosta, acusado de traición y objeto de un reciente informe del New York Times que detalla su presunta tortura y ejecución.

Tom O’Connor