Bielorrusia afirma haber desplegado un tercio de su ejército en la frontera con Ucrania.
Con su ofensiva en Kursk, donde está consolidando las posiciones conquistadas, y los -difíciles- combates que tiene que librar en la región de Donetsk para contrarrestar el avance de las fuerzas rusas, el ejército ucraniano tiene sin duda otras cosas en las que pensar que en «provocar» a su vecino bielorruso, cuyo territorio fue utilizado por Rusia para atacar a Ucrania.
Sin embargo, el 19 de agosto, el ministro de Defensa bielorruso, Viktor Khrénine, consideró «muy probable» la posibilidad de una «provocación armada» ucraniana… y subrayó que la situación era «tensa» en la frontera.
Unos días antes, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, había denunciado la violación del espacio aéreo de su país por drones ucranianos… y afirmó que estos aparatos habían sido derribados en la región de Kastsioukovitchy, a 200 km al este de Minsk.
Seguidamente, utilizó este supuesto incidente como pretexto para anunciar el envío de sistemas de artillería Polonez y misiles balísticos Iskander [con un alcance de 500 km] a los sectores de Gomel y Mozyr.
El 20 de agosto, en una entrevista concedida al canal de televisión ruso Rossiya, declaró que casi un tercio de las fuerzas armadas bielorrusas habían sido desplegadas en la frontera con Ucrania… Teniendo en cuenta únicamente el personal en activo, esto representaría un máximo de unos 20.000 soldados.
Según la agencia de prensa oficial Belta, este despliegue responde a la presencia de 120.000 soldados ucranianos al otro lado de la frontera. Una frontera que, según Lukashenko, está «minada como nunca».
Sin embargo, la parte ucraniana insiste en que no ha observado ningún aumento tan significativo de la presencia militar bielorrusa en la frontera.
«No hemos visto ningún aumento del número de equipos o personal de unidades bielorrusas cerca de nuestra frontera», declaró Andriy Demtchenko, portavoz del servicio de fronteras ucraniano, Ukrainska Pravda. «Como vemos, la retórica de Lukashenko tampoco ha cambiado, alimentando constantemente una escalada para complacer a Rusia», añadió.
Laurent Lagneau