El programa de corbetas K130 Lote 2 de la Marina alemana lleva dos años de retraso.

La Armada alemana va a recibir sus nuevas corbetas de la clase Braunschweig con al menos dos años de retraso sobre el calendario original. La puesta en servicio de la primera corbeta «Köln» estaba prevista inicialmente para 2023, pero ahora se producirá como muy pronto en 2025, y los retrasos afectarán también a los dos siguientes cascos.

La revista alemana de defensa «Europaeische Sicherheit Und Technik» (ESUT) informó por primera vez a finales de septiembre sobre las crecientes dificultades en la integración de los sistemas de mando y control (C2) de los buques K130 Batch 2. El artículo cita al contratista principal, Naval Vessels Luerssen (NVL), que afirma que estos problemas van a provocar retrasos en la entrega de los tres primeros cascos del pedido. NVL afirma además que «se están evaluando varias soluciones» y que la empresa está «en estrecho contacto con el cliente» sobre el asunto.

El último informe sobre proyectos de defensa importantes del Ministerio de Defensa alemán de junio de 2022 identificó por primera vez «retrasos para los barcos 6 a 8 de unos dos años, debido a los servicios inadecuados e insuficientes del contratista para el sistema de mando y control». El informe prosigue: «Sigue siendo posible un nuevo retraso (…)» e identifica un crecimiento de los costes que ahora asciende a 401 millones de euros, es decir, un 16% en comparación con la asignación presupuestaria original.

El contrato incluye cinco nuevas corbetas antimisiles de la clase Braunschweig, también conocidas como clase K130, de cascos 6 a 10, que se unen a cinco barcos ya existentes, construidos y puestos en servicio entre 2004 y 2013. Es de suponer que los dos barcos restantes no han avanzado lo suficiente en su construcción como para verse afectados por estos retrasos. ESUT identifica dos factores principales que afectan al calendario de entrega.

En primer lugar, los dos subcontratistas responsables de la integración del C2, Atlas Elektronik y Thales, experimentan desacuerdos sobre las responsabilidades del reparto de trabajo. Atlas proporciona el software del programa y Thales el hardware informático correspondiente.

En segundo lugar, el Ministerio de Defensa alemán (BMVg), como cliente, ha revisado los requisitos de las normas informáticas debido al cambio del entorno de seguridad en Europa tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Atlas y Thales están teniendo dificultades para cumplir los requisitos modificados, lo que implica también acciones legales por los desacuerdos.

Los problemas son notables porque la compra acelerada de otras cinco corbetas K130 fue promocionada anteriormente por los responsables políticos y de la industria como un esfuerzo de bajo riesgo. El objetivo era proporcionar rápidamente a la Armada alemana un diseño de buque de guerra probado y fiable para cumplir los compromisos nacionales y de la OTAN.

Por ello, el proyecto se aprobó sin licitación, una decisión que dio lugar a un desafío legal por parte de los Astilleros Navales Alemanes de Kiel (GNYK) por perder un contrato valorado en al menos dos mil millones de euros, y la posterior inclusión del astillero en el proceso de construcción. Los cambios respecto al primer lote se han centrado en la sustitución de equipos obsoletos, como la instalación del nuevo radar TRS-4D en lugar del TRS-3D presente en los cascos del lote 1.

Recientemente, el Ministerio de Defensa alemán se planteó encargar otras cinco corbetas para reemplazar el primer lote en servicio y omitir la necesaria actualización de mitad de vida (MLU) de los barcos originales. Queda por ver cómo afectarán las dificultades actuales a esta planificación.

Alex Luck

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