Por qué Japón se está rearmando de nuevo.

Japón se está rearmando de nuevo, tratando de frenar las ambiciones de China de controlar la región de Asia-Pacífico, al tiempo que busca independizarse de su aliado de siempre, Estados Unidos.

Durante décadas, Japón se ha mantenido al margen de la carrera armamentística en la región Asia-Pacífico, dejando su defensa en manos de su estrecho aliado, Estados Unidos, que mantiene una fuerte presencia militar en el país.

En los últimos años, Japón ha vuelto a rearmarse. Ha aumentado su gasto en defensa para mejorar y modernizar sus fuerzas armadas. Además, ha estado comprando armas y equipos militares avanzados a Estados Unidos, como sistemas de defensa antimisiles, aviones de combate furtivos y vehículos anfibios.

Además, ha intensificado su presencia militar en la región desplegando tropas en misiones de mantenimiento de la paz y maniobras conjuntas con otros países.

El mes pasado, el gobierno del primer ministro Fumio Kishida hizo revisiones críticas en la carta de seguridad del país, eliminando algunos impedimentos que impedían su rearme.

La semana pasada, Kishida visitó la Casa Blanca, donde el presidente Joe Biden elogió a Tokio por su «histórico» aumento del gasto en defensa y prometió una estrecha cooperación en asuntos económicos y de seguridad.

Poco a poco, Japón está pasando de ser un «escudo sólido» a una «lanza afilada», por utilizar la reciente descripción empleada por los medios oficiales chinos.

Este importante cambio en la estrategia de seguridad nacional de Japón hace temer una vuelta a los viejos tiempos nacionalistas del país, que tuvieron consecuencias catastróficas para la región de Asia-Pacífico, incluido el propio Japón.

Pero hay algunas razones de peso detrás de ello. Una de ellas es el continuo desafío de Corea del Norte al espacio aéreo japonés y la persistente violación de la integridad territorial por parte de China.

Luego están los renovados esfuerzos de China por cambiar el statu quo en Taiwán y el fracaso de Estados Unidos a la hora de trazar líneas rojas claras para Pekín. Todo ello ha llevado a Japón a aplicar su política de defensa independiente en lugar de depender de Washington.

«La medida de Japón de ampliar sus capacidades militares y reforzar su alianza con Estados Unidos no es sólo una respuesta a las recientes y crecientes amenazas de China y Corea del Norte, sino también con la comprensión de que no puede depender totalmente de Estados Unidos», declaró a International Business Times Irina Tsukerman, presidenta de Scarab Rising, Inc. «A pesar de ser miembro de la alianza Quad y de buscar una reconfiguración estratégica de las tropas estadounidenses en Okinawa, Japón también persigue una forma de nacionalismo, buscando una defensa cada vez más independiente de otros estados».

Tsukerman cree que Japón está aprendiendo una o dos lecciones de las vulnerabilidades de Taiwán. Se ha encontrado en una posición precaria debido a una preparación inadecuada para defenderse de la agresión de Pekín y a una excesiva dependencia de las promesas de Estados Unidos y de la Cuadrilateral.

«Japón no puede estar seguro de en qué circunstancias los demás miembros de la Quad estarán dispuestos a salir en su defensa en caso de un ataque directo», añadió. «Hasta ahora, la respuesta a la creciente agresión de Corea del Norte por parte de Estados Unidos y otros países ha sido relativamente silenciosa. Asimismo, las últimas maniobras provocadoras de China cerca de Japón son otra llamada de atención».

No obstante, Tsukerman cree que es demasiado pronto para calificar a Japón de «lanza afilada». Tokio necesita hacer mucho más que rearmarse con armas tradicionales para alcanzar este estatus, como potenciar sus capacidades de inteligencia y contrainteligencia, independientemente del apoyo internacional. «Es mucho más probable que China emprenda una guerra híbrida prolongada contra Japón que un intento directo de invasión como el que se espera en el caso de Taiwán; por esa razón, Japón haría bien en tenerlo en cuenta y prepararse para una multitud de escenarios», añadió.

Panos Mourdoukoutas