Australia obtiene un contrato de 2.200 millones de dólares para el mantenimiento de los submarinos de la clase Collins.
El Ministerio de Defensa australiano ha anunciado un importante logro en la defensa naval, con la firma de un nuevo contrato de mantenimiento de cuatro años con ASC Pty Ltd. Este contrato, valorado en más de 2.200 millones de dólares, reforzará los esfuerzos de mantenimiento de los submarinos de la clase Collins, designando a Australia Meridional y Occidental como centros principales para este trabajo crucial.
El contrato de mantenimiento garantizará más de 1.100 puestos de trabajo altamente cualificados en Osborne (Australia Meridional) y Henderson (Australia Occidental). Esta medida se ajusta al compromiso más amplio del Gobierno de Albanese, de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares, destinado a mantener los submarinos de la clase Collins como una formidable fuerza de ataque y disuasión.
Este acuerdo es particularmente notable, ya que encaja con el recientemente anunciado programa de extensión de la vida útil (LOTE) de los submarinos de la clase Collins. El programa LOTE se pondrá en marcha en 2026, comenzando con el HMAS Farncomb en Osborne, Australia del Sur, garantizando que estos submarinos sigan siendo operativamente eficaces en el futuro.
ASC Pty Ltd. (Australian Submarine Corporation Pty Ltd.) es un destacado contratista de defensa australiano especializado en el diseño, construcción, mantenimiento y sostenimiento de buques y submarinos de guerra. Fundada en 1985, ASC Pty Ltd. es un actor clave en la industria de defensa naval de Australia y desempeña un papel crucial en el mantenimiento de las capacidades de seguridad marítima del país.
La flota de submarinos de la Marina australiana incluye seis submarinos de la clase Collins: HMAS Collins, HMAS Farncomb, HMAS Waller, HMAS Dechaineux, HMAS Sheean y HMAS Rankin. Estos submarinos constituyen la columna vertebral de las capacidades de defensa submarina de Australia.
Los submarinos de la clase Collins se desarrollaron en la década de 1980 como parte del esfuerzo de Australia por sustituir sus viejos submarinos de la clase Oberon por una nueva generación de submarinos diésel-eléctricos avanzados. El contrato de diseño se adjudicó a la empresa sueca Kockums en 1987, y la Australian Submarine Corporation (ahora ASC Pty Ltd.) gestionó el proyecto. La construcción de los submarinos comenzó a principios de la década de 1990 en los astilleros de ASC en Osborne (Australia Meridional). El diseño se basó en el submarino Tipo 471 de Kockums, pero se modificó considerablemente para adaptarlo a las especificaciones australianas.
El primero de los submarinos de la clase Collins, el HMAS Collins, fue botado en agosto de 1993 y entró en servicio en la Marina Real Australiana en 1996, tras numerosas pruebas y ensayos en el mar. Posteriormente, los cinco submarinos restantes (HMAS Farncomb, HMAS Waller, HMAS Dechaineux, HMAS Sheean y HMAS Rankin) entraron en servicio entre 1998 y 2003. Estos submarinos constituyen desde entonces la columna vertebral de las capacidades de defensa submarina de Australia.
Los submarinos de la clase Collins son diésel-eléctricos y figuran entre los submarinos convencionales más avanzados del mundo. Incorporan una serie de tecnologías avanzadas, como un revestimiento anecoico y amortiguadores para reducir el ruido, lo que los hace muy sigilosos. Están equipados con avanzados sistemas de sonar, sofisticados sistemas de combate y potentes torpedos, lo que les permite enfrentarse a una gran variedad de amenazas. Cada submarino mide 77,42 metros de eslora, desplaza unas 3.400 toneladas cuando está sumergido y puede operar a profundidades superiores a 180 metros. Su resistencia y autonomía les permiten realizar patrullas y misiones prolongadas lejos de las aguas australianas.
Las capacidades de los submarinos son fundamentales para la Marina australiana debido a la importancia estratégica de la seguridad marítima en la región Indo-Pacífica. Como nación insular con vastas fronteras marítimas, Australia confía en su armada para proteger las rutas comerciales, disuadir a posibles adversarios y contribuir a la estabilidad regional. Los submarinos proporcionan una ventaja única debido a su sigilo, resistencia y capacidad para operar sin ser detectados en aguas disputadas. Son esenciales para la recogida de información, la vigilancia y el reconocimiento, así como para mantener una disuasión creíble contra cualquier amenaza a la soberanía de Australia.
Estas decisiones demuestran el compromiso del Gobierno australiano de invertir en la industria y los trabajadores australianos, garantizando el mantenimiento de la capacidad soberana de Australia en materia de construcción y mantenimiento de buques de guerra.
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