Corea del Sur recupera los restos del satélite espía de Corea del Norte.
Corea del Sur ha recuperado los restos de un satélite espía norcoreano y ha llegado a la conclusión de que «no tiene utilidad militar», dijo el miércoles el ejército de Seúl, poniendo fin a una operación de 36 días para salvar los restos hundidos de un lanzamiento fallido de un cohete espacial norcoreano a finales de mayo.
La Junta de jefes de Estado Mayor (JCS) dijo que los militares levantaron partes clave del cohete y el satélite a través de la operación de búsqueda y salvamento en el Mar Amarillo desde el 31 de mayo hasta el miércoles, y trabajó en conjunto con los Estados Unidos para examinar y analizarlos.
«Como resultado del exhaustivo análisis realizado por expertos surcoreanos y estadounidenses, hemos determinado que carece de utilidad militar como satélite de reconocimiento», declaró la JCS en un comunicado de prensa.
La evaluación de la capacidad militar de los restos del satélite dio lugar a especulaciones sobre la posibilidad de haber recuperado componentes clave de la cámara u otras piezas del equipo óptico instalado en el satélite. Según los observadores, para que un satélite espía funcione a pleno rendimiento debe tener una cámara de resolución submétrica.
El análisis conjunto de los aliados atrajo gran atención, ya que podría arrojar luz sobre el progreso del desarrollo de cohetes de largo alcance y programas espaciales del Norte, así como sobre qué países han ayudado, consciente o inconscientemente, a sus esfuerzos de desarrollo armamentístico.
El JCS no detalló los resultados del análisis de los restos realizado por los aliados ni reveló fotos de la parte del satélite recuperada.
El mes pasado, un funcionario de Seúl se mostró cauteloso, insinuando que revelar toda la información que los militares obtuvieron de la operación de salvamento beneficiaría más bien al ejército norcoreano.
Después de que el cohete cayera en aguas a unos 200 kilómetros al oeste de la isla occidental surcoreana de Eocheong el 31 de mayo, los militares llevaron a cabo durante más de un mes la operación de recuperación, en la que participaron buques de la Armada, aeronaves marítimas y buzos de profundidad.
La operación se vio dificultada por la escasa visibilidad bajo el agua, las rápidas corrientes, el gran peso de los restos hundidos y otros problemas.
Sin embargo, el 15 de junio se extrajo una supuesta parte de la segunda etapa del cohete. La pieza levantada medía unos 12 metros de largo y entre 2 y 3 metros de diámetro.
«Nuestro ejército ha demostrado su extraordinaria capacidad operativa al recuperar múltiples partes de los restos del cohete a pesar del implacable entorno operativo», declaró la JCS.
El Norte ha afirmado que en el lanzamiento del 31 de mayo participó el nuevo cohete Chollima-1, que transportaba el satélite Malligyong-1. Poco después del lanzamiento fallido, los medios de comunicación estatales del Norte reconocieron que el cohete se estrelló en el mar debido al arranque anormal del motor de la segunda etapa.
Seúl y Washington consideran desde hace tiempo que lo que el Norte afirma que es un lanzamiento de un cohete espacial constituye una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohíben cualquier lanzamiento con tecnología de misiles balísticos.
Yonhap News Agency
osea que era una castaña de satélite. No es mala noticia
Mala suerte para el Rey Kim, su cohete cayó en la zona exclusiva económica surcoreana y esta vez, los barcos de búsqueda y rescate estaban siendo custodiados por barcos, helicópteros antisubmarinos y submarinos de guerra, para evitar una emboscada como las que corea del norte ya les ha hecho a los surcoreanos.
De la misma forma que Corea del Norte se cree con derecho a quedarse lo que cae en su poder lo propio hace Corea del Sur que menos. Kim recibe lo mismo que da… bueno no exactamente, dado que lo que llega al Norte acostumbra a ser tecnología y lo que acaban de recoger los del sur es basura.