El comandante de EE.UU. en la región del Indo-Pacífico advierte del creciente peligro de guerra por Taiwán.
La “masiva” expansión militar de China no muestra signos de desaceleración y el ejército estadounidense en la región necesita más dinero para disuadir mejor una guerra con Pekín, advirtió el comandante saliente de las fuerzas estadounidenses en el Pacífico en un testimonio ante el Congreso esta semana.
El almirante John Aquilino, comandante del Mando Indo-Pacífico, dijo que su plan para disuadir el conflicto con China requerirá 11.000 millones de dólares adicionales en comparación con la financiación actual solicitada por la administración Biden en su último presupuesto.
El almirante de cuatro estrellas, que se jubila el mes próximo, hizo varias advertencias severas sobre las amenazas que plantea China durante su testimonio ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes el miércoles.
“Debemos reconocer que los retos más peligrosos para la seguridad nacional están evolucionando más rápidamente de lo que nuestros actuales procesos de gobierno nos permiten abordarlos”, afirmó.
No aumentar las fuerzas en la región envalentonará a China y a otros adversarios de la región para actuar contra Estados Unidos y sus aliados, dijo, y la amenaza más inmediata proviene de las actividades militares chinas hacia Taiwán.
China ha construido rápidamente nuevas armas y otras capacidades militares para poder apoderarse de la democracia isleña y combatir a las fuerzas estadounidenses en caso de que intenten intervenir. El ejército chino también está realizando ejercicios que equivalen a los preparativos para una invasión y actualmente está librando una guerra de “zona gris” -coerción militar sin llegar a la acción directa- contra Taipei.
“Todos los indicios apuntan a que el Ejército Popular de Liberación está cumpliendo la directiva del presidente Xi Jinping de estar preparado para invadir Taiwán en 2027”, dijo el almirante Aquilino en su evaluación más contundente hasta la fecha. “Además, las acciones del EPL indican su capacidad para cumplir el calendario preferido por Xi de unificar Taiwán con China continental por la fuerza si así se le ordena”.
Por el contrario, Ely Ratner, Subsecretario de Defensa para Asuntos de Seguridad Indo-Pacíficos, pareció restar importancia a los peligros en su testimonio, diciendo a los legisladores que un conflicto con China no es “ni inminente ni inevitable”.
El almirante Aquilino pareció rebatir esa afirmación.
“El conflicto no es inminente ni inevitable, pero nuestros adversarios potenciales se han vuelto cada vez más agresivos y tratan de imponer su voluntad a expensas de las naciones afines que adoptan un orden basado en normas”, dijo. “Las acciones de la RPC, que incluyen una masiva acumulación militar acompañada de una campaña de acciones coercitivas, desestabilizan la región y desafían los ideales que sustentan un Indo-Pacífico libre y abierto”.
No lo bastante rápido
El almirante Aquilino declaró ante la comisión que su programa de disuasión de conflictos, denominado “Aprovechar la iniciativa”, ha dado algunos resultados positivos. Sin embargo, dijo que la administración no está actuando con suficiente rapidez en el suministro de nuevas armas y la construcción de infraestructuras en la región.
La iniciativa exige un gasto de 26.500 millones de dólares y el Almirante Aquilino dijo que la actual solicitud presupuestaria de la administración no alcanza ese objetivo de financiación en 11.000 millones de dólares.
“Aunque se han hecho progresos, el riesgo sigue siendo alto, y la tendencia va en la dirección equivocada”, dijo sobre el aumento de tropas de Estados Unidos. Citó el retraso en la construcción de nuevas instalaciones, el déficit de nuevas armas y capacidades de combate y la falta de recursos necesarios para proyectar el poder y mantener las fuerzas al oeste de la línea internacional de cambio de fecha.
Bill Gertz
Lógico. Más de lo mismo, dinero, dinero y más dinero, claro, no queda otra que aumentar producción e instalaciones. Este almirante tiene razón, entre otras cosas porque ha comandado el Indo-Pacífico y sabe perfectamente de lo que está hablando. Solo las economías e industrias robustas pueden garantizar una solida cadena de suministros indispensables para doblegar la actitud beligerante de paises agresivos en una guerra abierta. Desde mi punto de vista, por desgracia, el conflicto está casi garantizado. Solo queda ver cuando.
China no la va sacar barata si invade Taiwán.
Lo de Taiwán pinta mal mires por donde lo mires. No hay dinero en el mundo para aguantar anualmente ese ritmo . Además , me gustaría saber los números verdaderos de la economía china y la proyección a largo plazo .
He allí la cuestión. El sector inmobiliario Chino va mal, los que le adeudadan no le pagan y su economía se ralentiza
Exacto Mutant, a China tambien le saldría caro, por no hablar de un bloqueo oceánico por parte de la OTAN. La ventaja que tiene es que la China continental está muy cerca de Taiwan y en caso de ataque relámpago el margen de maniobra del AKUS para reaccionar es mínimo. En cualquier caso el cinturón defensivo que va desde Corea del Sur y Japón hasta Vietnam va a echar a fuego.
Otra ventaja de China en caso de sanciones económicas y comerciales globales es la capacidad latente del gigante amarillo de expropiar (nacionalizar) todos los activos en su territorio y con ello forzar a EEUU y aliados a negociar en posición de fuerza.
A la vista de lo sucedido en la actual actitud beligerante de Rusia (una potencia nuclear), que invadió un país limítrofe (Ucrania, sin armas atómicas) simulando maniobras militares, seguidamente fue duramente sancionado económicamente y limitada su capacidad de intercambios globales, pero que siguió intercambiando la base de sus fuentes de riqueza (energéticos y alimentos) y no pareciese que estas sanciones hubieran limitado su capacidad bélica para sostener la guerra e incluso hubieran provocado la reorganización productiva y el aumento de armamentos, podría significar un estímulo para China (otra potencia nuclear), que podría intentar emular a Rusia para quedarse con Taiwán, un territorio insular independiente (sin armas nucleares), pero separado del continente por un estrecho canal de agua. Queda en entre paréntesis la capacidad de resistencia de Ucrania, que a más de dos años de la invasión, no ha podido ser vencida, gracias al apoyo en armas, dinero e inteligencia militar, por la OTAN y otros países del mundo. Podríamos suponer que la isla de Formosa también podría plantar cara al gigante amarillo, sostenido por una ayuda similar por parte de EEUU y aliados. Pero esta comparación es artificiosa, porque el primero es un teatro de operaciones terrestre de enorme amplitud, mientras que Taiwán es una pequeñísima isla y la guerra sería esencialmente aeronaval. Automáticamente surge la similitud con la isla de Malta durante la SGM, aunque los actores son muy distintos y la geografía de «la roca» favorecía su defensa, mientras que Taiwán está mucho más cerca de su poderoso enemigo, factor que jugaría en contra de su sostenimiento ante un decidido ataque chino, realizado con todos los recursos disponibles. Es decir, no podríamos contar con que, en este particular escenario, Taiwán podría resistir un ataque chino de la misma forma que lo hace Ucrania frente a Rusia. Es muy probable (aunque no definitivo) que China invada Taiwán rápidamente y se produzca una situación de status-quo de hecho. Esta sería la situación que Putin quiso establecer con su «operación especial», pero que fracasó rotundamente.
Si China realmente desea invadir Taiwán seguramente esta sería la situación geopolítica que debe estar considerando. En tal caso, EEUU y aliados no tendrían a ningún gobierno o población que estuviera «resistiendo» y toda su estrategia de sanciones a China y potenciales operaciones militares se vendría abajo. Por tanto, cualquier estrategia de EEUU y aliados debería ser en primer lugar evitar por todos los medios posibles la invasión a la isla. Este es el fondo de este artículo, alguien que alerta sobre eso.
Es muy sensato suponer que China va a intentar una toma armada, debido al impresionante refuerzo de sus FFAA y en particular sus medios aeronavales y anfibios. De otra manera no se explica este desmesurado refuerzo de China, que no posee un comercio global, con líneas de comunicación extensas que hagan necesaria semejante tamaño de su flota, e incremento de sus fuerzas estratégicas. Por supuesto que, por más que Pekín sostenga que lo hace con objetivos defensivos y de seguridad, su actitud beligerante en escenarios como el mar de China Meridional no se conduce con su retórica de país «comercial» y es absolutamente desestabilizadora. No incluimos en este análisis si tiene o no derecho a hacerlo. Solo es descriptivo.
Taiwan terminará siendo de China, tarde o temprano. China tiene el tiempo a su favor. Y USA ya está preparándose para cuando eso suceda, transfiriendo fábricas de semiconductores a USA. Después de todo Taiwan es China nos guste o no.
China tiene capacidad para lanzar un ataque devastador contra Taiwán, y se realizarles un bloqueo, sobre todo en primera instancia con su aviación.
Si es deseo chino, poco de la armada y de la fuerza aérea de Taiwán va a quedar en pie. Ésto nadie lo puede durar.
Pero luego hay que desembarcar una fuerza de desembarco y aerotransportada de conquista. Y aquí nos encontramos el problema, ya que esa fuerza tiene que ser de un tamaño similar a la apuesta, es decir, considerable. Los problemas:
Primero, las pocas playas aptas para desembarco (14?) estarán minadas y con fuerzas considerables de oposición.
Segundo, la pocas zonas aptas para el desembarco de una fuerza aerotransportada estarán muy bien fortificadas con MANPADS.
El primer golpe es de China, la conquista nta veremos.
No seas tan optimista, que Taiwán podrá sumar un cuarto de millón de militares de salida. Puede China meter en la isla el doble de esa cantidad?. Esa es la pregunta que tienes que hacerte.
China y EEUU están calentando la situación por intereses particulares. A China le vale para distraer de los problemas internos y contentar a los militares con más dinero. En EEUU justifica el crecimiento del gasto militar, fomentado por lobbies y que mantiene a su enorme industria militar. Ambos compiten por el liderazgo en el Pacífico, pero cuidado que la historia muestra que a veces estás rivalidades acaban en guerra si no se saben gestionar.
Ya queda poco para esa guerra en el Pacífico con China, probablemente alrededor de 2027.