La Fuerza Aérea de EE. UU. se enfrenta al reto de defender sus bases en el Pacífico contra posibles ataques con misiles.
La estrategia de las Fuerzas Aéreas estadounidenses de dispersar sus aeronaves por una red más amplia de bases en todo el Pacífico, bajo el concepto de Empleo Ágil en Combate (ACE), se enfrenta a importantes retos. Esta estrategia, diseñada para complicar los posibles ataques chinos con misiles, requiere no sólo trasladar aviones entre bases, sino también reforzar las defensas de estas instalaciones contra la creciente amenaza de los misiles balísticos y de crucero chinos.
El concepto de Agile Combat Employment (ACE) es una estrategia militar desarrollada por las Fuerzas Aéreas estadounidenses para mejorar la flexibilidad y resistencia de las fuerzas en entornos de combate disputados, especialmente contra adversarios como China o Rusia. El objetivo del ACE es dispersar las aeronaves y las fuerzas en una red más amplia de bases, incluidas las bases austeras o temporales, en lugar de concentrarlas en unas pocas bases grandes y vulnerables.
Esta dispersión complica la capacidad del enemigo para apuntar a las fuerzas estadounidenses con ataques de misiles, ya que las aeronaves pueden trasladarse con frecuencia de una base a otra. Además de la dispersión, el ACE incluye la mejora de las capacidades defensivas de las bases, el empleo de técnicas de camuflaje y la implantación de sistemas de reparación rápida de pistas para mantener la operatividad de las bases incluso después de los ataques.
El objetivo general es garantizar la continuidad de las operaciones militares, al tiempo que se reduce el riesgo de un ataque devastador contra una única instalación crítica.
El jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, General David W. Allvin, reconoció que, aunque la estrategia de dispersión de fuerzas es crucial, es igualmente importante mejorar las defensas de estas bases. Hizo hincapié en la necesidad de un sistema de defensa más robusto y activo, señalando que el Departamento de Defensa lo considera un requisito conjunto tanto para la Fuerza Aérea como para el Ejército.
Aunque el Ejército se ocupa tradicionalmente de la defensa de las bases contra ataques con misiles, incluido el despliegue de baterías de misiles Patriot en Oriente Medio, el teatro de operaciones del Pacífico presenta un reto más complejo. Las capacidades actuales del Ejército, incluido el uso de sistemas de energía dirigida, están aún en desarrollo, y los recursos siguen siendo limitados.
En Europa y Oriente Medio, amenazas similares de adversarios como Rusia e Irán han puesto de relieve la necesidad de mejorar las defensas de las bases. El ejército estadounidense se ha enfrentado a ataques con misiles, aviones no tripulados y cohetes, pero estos ataques se han dirigido principalmente contra tropas y no contra bases aéreas.
Sin embargo, la amenaza persiste, lo que lleva a las fuerzas estadounidenses a tomar precauciones, como la construcción de centros de mando alternativos para garantizar la continuidad operativa.
En respuesta a estos retos, la Fuerza Aérea y el Ejército están colaborando estrechamente para desarrollar soluciones. El General James C. Slife, jefe Adjunto de Estado Mayor, y Melissa Dalton, Subsecretaria de Fuerzas Aéreas, dirigen los esfuerzos de coordinación con el Ejército para garantizar que ambos ejércitos estén alineados en la defensa de las bases aéreas.
Esto incluye garantizar que los sistemas de defensa antimisiles sean móviles y puedan desplegarse rápidamente para proteger diferentes emplazamientos según sea necesario.
Estados Unidos lleva varios años reforzando sus medidas de defensa en la región Asia-Pacífico en respuesta a las crecientes amenazas de misiles procedentes de China y Corea del Norte. Estos esfuerzos incluyen el despliegue de sistemas avanzados de defensa antimisiles como el Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) y baterías de misiles Patriot en lugares estratégicos como Corea del Sur y Guam.
Por ejemplo, en Corea del Sur, se ha colocado estratégicamente una batería THAAD para contrarrestar las amenazas de misiles norcoreanas, mientras que varios sistemas Patriot proporcionan una capa adicional de defensa alrededor de bases estadounidenses clave.
En Guam, territorio estadounidense al alcance de misiles chinos y norcoreanos, el ejército estadounidense ha reforzado sus defensas desplegando sistemas THAAD junto a buques Aegis de defensa contra misiles balísticos (BMD). Estos sistemas forman un escudo integral diseñado para interceptar misiles balísticos entrantes, protegiendo tanto al personal militar como a la población local.
Además, Estados Unidos está trabajando en el desarrollo de nuevas instalaciones y bases de reserva, como la de Tinian, en las Islas Marianas del Norte, para garantizar la continuidad de las operaciones, incluso en el caso de que las bases principales sean atacadas. Esta estrategia de dispersión de activos y fortificación de emplazamientos clave forma parte del planteamiento más amplio de Estados Unidos para mantener una disuasión creíble frente a posibles adversarios en el Indo-Pacífico.
Estos esfuerzos ponen de relieve la naturaleza compleja y multidimensional de las iniciativas de defensa de Estados Unidos en la región, que pretenden proteger tanto los activos militares como la estabilidad regional frente a amenazas de misiles cada vez más sofisticadas.
El General Allvin también destacó la importancia de integrar las tácticas de defensa tradicionales con las tecnologías modernas. Se están estudiando señuelos, técnicas de camuflaje y sistemas de reparación rápida de pistas para dificultar a los adversarios la realización de ataques eficaces. El objetivo general es crear incertidumbre en el enemigo, haciéndole más difícil decidir si atacar una base o arriesgarse a malgastar recursos en señuelos.
La complejidad de la defensa de estas bases en el Pacífico subraya el reto permanente que supone mantener la superioridad aérea en un entorno disputado. Mientras Estados Unidos siga proyectando su poderío en la región, garantizar que las bases estén adecuadamente defendidas seguirá siendo un objetivo crucial tanto para la Fuerza Aérea como para el Ejército.
Rudis04ARG
Pues complicado a mi parecer frenar un ataque «masivo» o por saturacion…algo se les va a colar (mira el iron dome y eso que frenan armas mas rudimentarias).
Imagino que antes de llegar a este extremo ya se habran realizado ataques previos contra lanzaderas y demas enemigas.
Un ataque de saturación desde el continente tiene sus limitaciones, el alcance y la sorpresa. Si China llegara a usar barcos mercantes para obtener la ventaja de la sorpresa, expone a toda su flota mercante, esta puede ser confiscada en todo occidente, aguas internacionales y en el peor de los casos, destruida.
Los Chinos utilizan su flota comercial y militar como un todo no se pueden hacer distingos