La OTAN publica imágenes de un submarino ruso en el mar Báltico captadas por un avión P-3C portugués.
El Mando Marítimo de la OTAN ha publicado imágenes de un submarino ruso Kilo II (submarino mejorado de la clase Kilo) capturado por un avión de patrulla marítima P3 de las fuerzas armadas portuguesas. El submarino fue identificado en el Mar Báltico, lo que pone de relieve la continua vigilancia que ejerce la OTAN sobre las actividades marítimas rusas en la región.
Las imágenes, que muestran el formidable submarino ruso Kilo II, subrayan las maniobras estratégicas en curso en el mar Báltico. El submarino identificado es el B-608 Mozhaysk, perteneciente a la clase Kilo II, también conocida como Proyecto 636.3. Esta clase de submarinos rusos es famosa por sus capacidades de sigilo y su avanzada tecnología, lo que los convierte en un importante activo en las operaciones navales.
Aunque el Mando Marítimo de la OTAN no proporcionó detalles adicionales sobre la operación o las actividades del submarino, fuentes de información de fuente abierta (OSINT) han revelado que el B-608 Mozhaysk está operando actualmente en el Mar Báltico. Sin embargo, se prevé que este submarino acabe incorporándose a la Flota del Pacífico de la Armada rusa.
La presencia del B-608 Mozhaysk en el Mar Báltico forma parte de un patrón más amplio de despliegues navales rusos, que han sido seguidos de cerca por las fuerzas de la OTAN. El Mar Báltico, una zona crítica para las operaciones navales tanto de la OTAN como de Rusia, sigue siendo un punto central para la vigilancia militar y los movimientos estratégicos.
Los submarinos rusos del Proyecto 636 están equipados con seis tubos lanzatorpedos de 533 mm y pueden transportar hasta 18 armas. Son capaces de lanzar varios modelos del torpedo Tipo 53, incluidas variantes guiadas por cable como el TEST-71 y el USET-80. La mayoría de los submarinos de este proyecto también pueden lanzar misiles de crucero Klub-S, mientras que el Proyecto 636.3 específicamente puede disparar la variante Kalibr-PL. Además, estos submarinos pueden transportar hasta 24 minas en lugar de torpedos y están equipados con un sistema MANPADS de defensa aérea en servicio ruso.
Los submarinos del Proyecto 636 cuentan con dos motores diésel que cargan las baterías y se encargan de la propulsión cuando salen a la superficie o utilizan el esnórquel. Cuando están sumergidos por debajo de la profundidad de esnórquel, utilizan un motor eléctrico. Una sola hélice de paso fijo propulsa el submarino, permitiendo una velocidad máxima de 12 nudos en superficie y entre 18 y 20 nudos cuando está sumergido. Aunque la profundidad máxima operativa es de 300 metros, las operaciones regulares suelen limitarse a una profundidad de 240 metros por motivos de seguridad.
El despliegue por parte de la OTAN del Avión de Patrulla Marítima P3 portugués para esta misión de vigilancia pone de manifiesto los esfuerzos de colaboración de los países miembros para mantener la vigilancia sobre la seguridad regional. El avión P3, equipado con avanzados sistemas de radar y vigilancia, desempeña un papel crucial en el reconocimiento marítimo, permitiendo a la OTAN vigilar de cerca las posibles amenazas.
El P-3 Orion es un avión de patrulla marítima desarrollado por Lockheed Martin, utilizado principalmente para misiones de guerra antisubmarina (ASW), guerra antisuperficie (ASuW) e inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). Introducido inicialmente en la década de 1960, se ha convertido en una piedra angular de las operaciones navales debido a sus capacidades de largo alcance, radar avanzado y sistemas de vigilancia electrónica. El avión está equipado con sonoboyas, torpedos y misiles antibuque, lo que le permite rastrear y atacar eficazmente submarinos y buques de superficie. El P-3 Orion ha sido ampliamente adoptado por las armadas de varios países y sigue siendo un activo crucial para la seguridad marítima y las misiones de vigilancia en todo el mundo.
Ante la persistencia de las tensiones geopolíticas, estas actividades de vigilancia son esenciales para garantizar la seguridad y la estabilidad de la región. Es probable que el viaje del B-608 Mozhaysk desde el Báltico hasta el Pacífico siga siendo objeto de interés y escrutinio tanto para los analistas militares como para los planificadores estratégicos.
La presencia naval rusa en el Mar Báltico, especialmente a través de sus submarinos, obedece a consideraciones estratégicas y geopolíticas. La proximidad del Báltico a Europa Occidental y a varios países miembros de la OTAN lo convierte en una zona crítica para que Rusia asegure sus fronteras occidentales y proyecte su poder. Los submarinos, con sus capacidades furtivas, desempeñan un papel esencial en el patrullaje de estas aguas, garantizando el acceso estratégico a rutas marítimas clave y contrarrestando la creciente presencia de la OTAN en la región. Esta presencia sirve como elemento disuasorio, protegiendo los intereses de Rusia y demostrando su capacidad para operar en aguas disputadas.
Además, las operaciones submarinas rusas en el Mar Báltico sirven para el adiestramiento y la preparación operativa, protegen el enclave estratégico de Kaliningrado y mejoran la recogida de información y la vigilancia. Estas actividades demuestran a las potencias regionales y mundiales el poderío marítimo y la determinación de Rusia. Manteniendo una sólida presencia submarina, Rusia pretende afirmar su dominio e influencia en una región fundamental para la dinámica de seguridad europea.
Alain Henry de Frahan