Las Fuerzas Especiales de EEUU abandonan la versión anfibia del avión MC-130J Commando II
La idea de transformar un avión de transporte en hidroavión no es nueva. En los años 60, Lockheed propuso a la US Navy una versión anfibia del C-130 Hercules. Pero este proyecto nunca pasó de la mesa de dibujo. Treinta años más tarde, Lockheed volvió a la mesa de dibujo, esta vez para satisfacer las posibles necesidades de la Guardia Costera estadounidense, pero sin más éxito.
Sin embargo, el Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos (USSOCOM), en busca de soluciones para operar con discreción y flexibilidad en la región Indo-Pacífica, revivió la idea con el proyecto MC-130 Amphibious Capability (MAC). En resumen, se trataba de equipar un avión de transporte MC-130J Commando II con capacidad anfibia.
Sin embargo, no basta con añadir un par de flotadores a una aeronave de este tipo para convertirla en un hidroavión. «Es un reto», subrayó el coronel Ken Kuebler, responsable de aeronaves de ala fija del USSOCOM, en la Conferencia de la Industria de las Fuerzas de Operaciones Especiales [SOFIC] de 2021. Para hacer frente a este reto, se trataba de buscar socios industriales «innovadores» y aprovechar las posibilidades que ofrece la ingeniería digital.
El objetivo era tener el primer avión reconvertido de este modo en 2025. «Lanzar estudios de viabilidad en una fase temprana del proceso de desarrollo contribuirá también a garantizar el éxito del programa», explicó el coronel Kuebler.
Unos meses más tarde, el USSOCOM expresó su optimismo, informando de que «se están probando prototipos utilizando diseño digital, modelado de realidad virtual y diseño asistido por ordenador en un entorno virtual conocido como Digital Proving Ground». Y añadía: «El MAC será esencial para el éxito futuro, ya que permitirá dispersar los recursos dentro de una zona conjunta de operaciones».
Sin embargo, a pesar de todo lo que promete, la ingeniería digital no es infalible: este proyecto no logró avances tangibles, hasta el punto de que, en 2023, el USSOCOM se planteó recurrir a Japón, cuya experiencia en este ámbito se basaba en el hidroavión de transporte ShinMaywa US-2.
«Japón es un socio muy importante [en la región Indo-Pacífica]. Estamos estudiando una asociación para ver qué podemos aprender de sus experiencias con el US-2», declaró Jim Smith, jefe de adquisiciones del USSOCOM, en mayo de 2023.
Al final, aunque el Pentágono solicitó 11,5 millones de dólares en su próximo presupuesto para financiar el proyecto, el proyecto MAC fue finalmente suspendido. El anuncio lo hizo el coronel T. Justin Bronder, actual jefe de aviones del USSOCOM, en una conferencia sobre fuerzas especiales celebrada el 7 de mayo.
Según Bronder, la decisión de poner el MAC en «pausa» estuvo motivada principalmente por consideraciones presupuestarias. Sin embargo, el trabajo realizado en este proyecto no se perderá necesariamente. «Más o menos hemos llegado a esa primera fase de comprensión de lo que haría falta para llevarlo a cabo», afirma el coronel Bronder. Además, también ha ayudado a definir lo que «podrían ser realmente los requisitos para el AFSOC [Mando de Operaciones Especiales de las Fuerzas Aéreas] en términos de operaciones anfibias en el futuro», insistió.
En principio, el USSOCOM pretende dar prioridad a otro proyecto, realizado bajo los auspicios de DARPA, la agencia de innovación del Pentágono.
DARPA ha puesto en marcha el programa SPRINT [Speed and Runway Independent Technologies], cuyo objetivo es desarrollar un avión capaz de operar en entornos disputados, desde pistas precarias [o «no preparadas»] y capaz de volar a velocidades de entre 400 y 450 nudos [740 / 840 km/h]. Cuatro fabricantes han sido seleccionados para la fase 1A de este proyecto: Aurora Flight Sciences, Bell Textron, Northrop Grumman y Piasecki Aircraft.
En una línea similar, DARPA también lidera el programa Liberty Lifter, cuyo objetivo es desarrollar un avión que combine las ventajas del hidroavión con las del Ekranoplan. El objetivo es «superar las limitaciones operativas de las plataformas tradicionales de transporte aéreo y marítimo» para transportar cargas útiles de hasta 100 toneladas. El año pasado, Aurora Flight Sciences y General Atomics fueron seleccionadas para desarrollar sendos demostradores.
Laurent Lagneau
Deberian superar perjuicios y ya que Japón les compra miles de millones de dolares en material militar comprar el amfibio japones con ello generarían sinergias interesantes
Este proyecto es ridiculo:
Si necesitan unos pocos hidroaviones, lo mejor es que compraran a los japoneses.
Pero encargan un Hercules con 2 flotadores tipo canoa, que va a tener tan mala aerodinamica que va que tener que volar a solo 200kmh
y dicen que les resulta dificil de diseñar y empiezan pedir ayuda a los japoneses, a socios imnovadores etc.
Cuando eso se lo diseña y fabrica de un modo facil y barato, varias empresas estaunidenses especializadas en flotadores.
O este proyecto estaba muy mal gestionado o solo era un truco para estafar 11,5 millones.
El pentágono no sabe hacer nada barato. Así que lo mejor es olvidar ese C-130J anfibios. Por una fracción del precio pueden comprar hidroaviones a Japón. Yo aquí solo veo un intento de venderse ante el congreso con el tema de proyección en el Pacífico. Así el congreso les ve útiles y les financia otros proyectos.
Estoy imaginando una version de Hercules con flotadores inflables. Cuando estan por llegar a destino emergen del fuselaje dos tubos que incluyen los flotadores que mientras vuelan se van inflando. De ese modo reducirian peso y volumen al guardarlos.
Sin duda que no debe ser banal desarrollar algo asi, debe tener mil problemas por el camino, pero en principio podria funcionar.