Rusia inunda Ucrania de drones que imitan grandes objetivos para el radar.
Un dron sacado del embalse de Kiev y lanzado por las fuerzas rusas ha llamado la atención de los investigadores militares ucranianos. Los informes afirman que este dron es un señuelo, que cuesta entre 1.000 y 1.300 dólares. Tras ser recuperado, el dron fue desmontado y analizado por expertos ucranianos.
Lo que despertó el interés de los investigadores fue la ausencia de ojiva. En su lugar, el dron llevaba una esfera impresa en 3D, medio envuelta en papel de aluminio. Se trata de una lente Luneberg, un tipo de señuelo de radar que engaña a los sistemas de defensa antiaérea ucranianos.
El radar interpreta la esfera medio envuelta en papel de aluminio como un objetivo aéreo mucho mayor. Según los investigadores ucranianos, esta configuración hace que el dron señuelo aparezca en el radar como un Geran-2 [Shahed-136], cuando, en realidad, tiene aproximadamente el tamaño de una persona normal.
En comparación, un Geran-2 cuesta unos 20.000 dólares, mide algo más de 3,5 metros de largo y tiene una envergadura de 2,5 metros. Pesa unos 200 kilogramos y lleva una ojiva de 40-50 kg. Fuentes rusas afirman que el Geran-2 tiene un alcance operativo de hasta 2.500 kilómetros, mientras que el dron señuelo sólo tiene un alcance de 600 kilómetros, según observaciones ucranianas.
Las imágenes que circulan por Internet revelan que el señuelo es relativamente ligero y que una persona puede llevarlo al hombro. No es ningún secreto que ambos bandos beligerantes llevan más de un año y medio utilizando drones fabricados con materiales ligeros como cartón, láminas perforadas y cartón alveolar. Estos materiales baratos permiten crear drones de estilo kamikaze, que pueden utilizarse en combate manteniendo bajos los costes.
El creciente uso de estos drones señuelo plantea un reto importante para los sistemas de defensa antiaérea, sobre todo por el desajuste de costes entre los drones baratos y los caros interceptores necesarios para hacerles frente. Dado que Ucrania y sus aliados occidentales dependen en gran medida de sistemas de defensa aérea avanzados y costosos para interceptar amenazas mayores y más peligrosas como el Geran-2, el constante desvío de recursos para hacer frente a estos señuelos supone una carga para los presupuestos y la logística militares.
El principal problema radica en la disparidad de costes entre estos señuelos baratos y los sistemas de defensa aérea, mucho más caros. Cuando los sistemas de defensa antiaérea ucranianos desvían misiles, cohetes o incluso recursos de radar para interceptar drones de características similares, los costes aumentan drásticamente.
Teniendo en cuenta que un dron señuelo cuesta entre 1.000 y 1.300 dólares, y comparándolo con el precio de los misiles de defensa antiaérea o los modernos interceptores, que pueden costar decenas de miles de dólares, se crea un importante desequilibrio financiero. Es probable que los aliados occidentales que suministran este tipo de tecnologías a Ucrania también se enfrenten a costes crecientes, ya que el suministro de sistemas de defensa aérea de alta calidad se hace cada vez más esencial para contrarrestar los cada vez más innovadores drones rusos.
No cabe duda de que este problema no es sólo local. Los aliados de Ucrania, que suministran costosos sistemas de defensa antiaérea, también se ven sometidos a tensiones económicas, ya que la eficacia de estos sistemas puede verse gravemente reducida si parte de sus recursos se utilizan para interceptar señuelos baratos.
A largo plazo, esto podría conducir a un importante agotamiento de misiles y otros recursos que podrían dirigirse mejor contra amenazas más importantes y de mayor envergadura. Cualquier uso ineficaz de estos recursos pone a prueba la cadena logística y plantea problemas estratégicos en relación con la sostenibilidad de los recursos de defensa aérea.
La lente de Luneberg es un dispositivo óptico que crea el efecto de enfocar una señal radiada utilizada por los sistemas de radar. Consiste en una semiesfera con un índice de refracción variable, que es el principio básico de su funcionamiento. Este elemento está diseñado para manipular las ondas de radio de forma que se reflejen de una manera específica, creando la ilusión de un objetivo mucho más grande que el objeto real.
La tecnología de la lente de Luneberg utiliza la propiedad física de los materiales con un índice de refracción variable, y su finalidad es manipular cómo se reflejan y propagan las ondas de radio tras encontrarse con el objeto.
Los sistemas de radar suelen determinar el tamaño de un objetivo analizando las ondas de radio reflejadas y comparándolas con modelos conocidos de distintos tipos de objetos.
Esta información les permite clasificar los objetivos por tamaño y nivel de amenaza. La lente de Luneberg, por sus propiedades ópticas, hace que las ondas de radio parezcan proceder de un objeto de tamaño y forma diferentes. Por ejemplo, un dron equipado con una lente de este tipo puede aparecer en el radar como algo mucho más grande de lo que es en realidad.
El principio físico en el que se basa la lente de Luneberg está relacionado con la refracción de la luz o las ondas de radio cuando atraviesan distintos medios con índices de refracción variables. La lente está diseñada para que su índice de refracción cambie suavemente debido a su geometría y material, lo que provoca una desviación específica de las ondas de radio. Esta desviación hace que la imagen del radar se expanda, creando la ilusión de un objetivo más grande.
Cuando el radar encuentra este tipo de señuelo, como resultado de la refracción que se produce a través de la lente, interpreta la señal como procedente de un objeto grande, como un misil o un avión de gran tamaño, en lugar de un pequeño dron. Esto crea el engaño aparente de que el objetivo es significativamente más grande de lo que realmente es. La lente no sólo afecta al tamaño del objetivo, sino que también puede alterar el ángulo de reflexión de la señal, enmascarando aún más la verdadera naturaleza del objeto.
Estas características de la lente Luneberg hacen que los señuelos equipados con ella sean muy eficaces contra los sistemas de radar. La capacidad de manipular las señales de este modo supone un reto para los sistemas de defensa antiaérea, que deben dedicar recursos a detectar y destruir objetivos falsos. Como resultado, una parte significativa del sistema de defensa puede estar ocupada con amenazas falsas que se perciben como reales, lo que conlleva unos costes y un agotamiento de recursos considerables.
La característica clave de la lente es que su índice de refracción está diseñado para cambiar de tal manera que crea una esfera en expansión que ajusta la propagación de las ondas de radio. Esta función se ha desarrollado específicamente para simular un objeto grande, ocultando al mismo tiempo el verdadero tamaño de los drones en los que está montado.
B.Nikolov
El empleo de drones como señuelos es muy antiguo. Israel lo hizo para destruir la defensa aerea siria en 1982. EEUU hizo lo propio en 1991 con la defensa aérea iraquí. Además de señuelos pueden interferir las emisiones de radar. Lo raro es que los rusos hayan demostrado ser tan malos cuando tenían los equipos, la experiencia y la doctrina para hacer esto.