Rafale, Gripen o F-16: ¿Cuál es el futuro de la flota de combate del Perú?
El Congreso peruano ha aprobado un ambicioso presupuesto para 2025 destinado a mejorar la capacidad operativa de su Fuerza Aérea (FAP).
Se aprobó un proyecto para adquirir 24 aviones de combate, lo que marca un punto de inflexión desde la compra de aviones Mirage 2000 en la década de 1980. Los 2.000 millones de dólares iniciales, financiados mediante deuda a largo plazo a través del Banco de la Nación, representan la primera fase de una inversión total estimada en 3.500 millones de dólares.
Este presupuesto incluye los cazas, una gama de armamento, repuestos y servicios de apoyo. Entre los candidatos están Dassault Aviation (Rafale), Lockheed Martin (F-16 Block 70) y Saab (Gripen E/F).
Como parte de la sustitución de su envejecida flota Mirage 2000, Perú está evaluando tres opciones principales para modernizar su Fuerza Aérea (FAP), cada una ofreciendo ventajas específicas adaptadas a sus necesidades estratégicas.
Dassault Aviation ofrece el Rafale, un caza multifunción de última generación capaz de diversas misiones, incluyendo defensa aérea, ataques terrestres y reconocimiento. Familiarizado con los estándares de Dassault gracias al Mirage 2000, Perú podría beneficiarse de una transición más fluida a esta plataforma avanzada.
El Rafale cuenta con un radar AESA de próxima generación, misiles modernos como el Meteor y capacidades furtivas optimizadas. Aunque el Rafale es la opción más cara, proporciona una interoperabilidad total con las fuerzas occidentales y un sólido programa de soporte técnico.
Lockheed Martin propone el F-16 Block 70, una versión modernizada del avión de combate más utilizado en el mundo. Conocido por su confiabilidad y costo de adquisición competitivo, el F-16 ofrece una solución equilibrada.
Equipado con un radar AESA y una cabina mejorada, combina un rendimiento comprobado con compatibilidad con las doctrinas de combate occidentales.
Además, la extensa flota mundial de F-16 garantiza un fácil acceso a repuestos y experiencia técnica, lo que lo convierte en una opción atractiva para Perú.
Por último, Saab ofrece el Gripen E/F, un caza ligero con mínimos costos operativos, pensado para países con presupuestos limitados. El Gripen destaca por su capacidad de operar en entornos austeros, un mantenimiento simplificado y programas importantes de transferencia de tecnología. Saab propone integrar al Perú a su proceso productivo, potenciando así las capacidades industriales locales.
Equipado con un radar AESA y modernos sistemas de guerra electrónica, el Gripen ofrece un equilibrio convincente entre coste y rendimiento.
Perú tiene una larga historia de adquisición de aviones de combate, influenciada por su entorno geopolítico y económico. La última compra importante fue en la década de 1980, cuando el país se convirtió en el primer cliente de exportación del Mirage 2000, un caza multifunción desarrollado por Dassault Aviation.
Esta adquisición, destinada a modernizar la Fuerza Aérea Peruana (FAP) en medio de tensiones regionales, consolidó la reputación de Dassault como proveedor clave de Perú. Desde entonces, el Mirage 2000 ha seguido siendo la columna vertebral de las capacidades aéreas de Perú, pero estas aeronaves se están acercando ahora al final de su vida útil operativa.
Como referencia, Perú adquirió 12 Mirage 2000 en la década de 1980, divididos en 10 Mirage 2000 P para misiones de combate y 2 Mirage 2000 DP para entrenamiento. Estas aeronaves siguen siendo un elemento central de la Fuerza Aérea Peruana, aunque su creciente obsolescencia hace necesaria su modernización o reemplazo.
Adicionalmente, Perú busca reemplazar sus anticuados aviones de origen soviético por modelos más modernos de Corea del Sur. Esta iniciativa apunta a mejorar las capacidades operativas de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) y, al mismo tiempo, diversificar sus fuentes de adquisiciones militares. Entre las opciones que se barajan está el KF-21 Boramae, un caza de nueva generación desarrollado por Korea Aerospace Industries (KAI). Esta elección está motivada por el desempeño avanzado del KF-21 y las oportunidades de transferencia de tecnología que ofrece Corea del Sur, una alianza que podría fomentar la producción local y fortalecer las capacidades industriales del Perú.
Perú también está explorando el KF-1 Halcón, otro avión desarrollado por la coreana KAI.
Este caza ligero fue diseñado para satisfacer las necesidades de las naciones emergentes, combinando un rendimiento competitivo con costos de adquisición y operación reducidos. El KF-1 podría complementar o reemplazar a los MiG-29 actualmente en servicio, brindando una solución más económica para la FAP.
La empresa local Seman Perú SAC ya se está preparando para producir partes para este modelo, lo que demuestra el compromiso de Corea del Sur de integrar la industria peruana a sus proyectos de defensa. A largo plazo, el KF-1 podría jugar un papel clave en la estrategia de modernización de la flota peruana, coexistiendo con un caza de primera línea como el KF-21 Boramae.
Históricamente, la FAP ha operado aeronaves como 21 MiG-29 y 18 Sukhoi Su-25, adquiridas en la década de 1990. Si bien fueron efectivas en su época, estas aeronaves enfrentan ahora desafíos cada vez mayores en cuanto a mantenimiento y disponibilidad de repuestos.
Su reemplazo por aviones surcoreanos representa un avance estratégico que le permitirá al Perú reducir su dependencia del equipamiento militar ruso y fortalecer la defensa nacional ante las amenazas contemporáneas.
Además, la cooperación militar entre Perú y Corea del Sur no es nueva. En 2010, Corea del Sur fortaleció las capacidades de la FAP con la donación de ocho aviones de ataque ligero Cessna A-37B Dragonfly. Estos vínculos históricos proporcionan una base sólida para futuros acuerdos, incluidas posibles adquisiciones de los aviones KF-21 y KF-1 Halcón.
Estos proyectos son parte de una estrategia más amplia para modernizar las fuerzas de defensa del Perú y promover la cooperación tecnológica internacional y el desarrollo local.
En los últimos años, Perú ha intensificado sus esfuerzos para modernizar sus capacidades terrestres y navales, adoptando una estrategia clara para mejorar la defensa nacional y diversificar las alianzas internacionales. En noviembre de 2024, el Ejército peruano firmó un importante acuerdo con Hyundai Rotem para adquirir tanques K2 Black Panther y vehículos blindados K808, que reemplazarán a los tanques T-55 de hace décadas.
Si bien no se reveló el coste exacto del acuerdo, incluye la transferencia de tecnología y la posibilidad de producción local, lo que impulsará la industria de defensa nacional. Estos nuevos activos mejorarán la movilidad, la protección y la potencia de fuego de las fuerzas terrestres del Perú, abordando las urgentes necesidades de modernización.
La Marina de Guerra del Perú también ha emprendido ambiciosas iniciativas para fortalecer sus capacidades. En noviembre de 2024, se firmó un acuerdo con Hyundai Heavy Industries para el diseño y construcción de un nuevo submarino para modernizar su flota submarina.
Este proyecto estratégico tiene como objetivo mejorar la disuasión marítima y la proyección de poder, esenciales para asegurar las aguas territoriales y los recursos marítimos del país. Paralelamente, se están realizando importantes inversiones en infraestructura naval: se han destinado 2,67 millones de dólares para modernizar el astillero SIMA Callao, mientras que se invertirán 3,85 millones de dólares para mejorar las capacidades operativas de la Base Aeronaval del Callao.
Para el año 2025, el presupuesto del Ministerio de Defensa peruano se fijó en 8.893,1 millones de soles (aproximadamente 2.371 millones de dólares), un aumento del 2,8% respecto del año anterior. Estas inversiones reflejan una ambiciosa estrategia de modernización destinada a dotar al Perú de unas Fuerzas Armadas preparadas para afrontar los desafíos de seguridad contemporáneos.
En 2024, el producto interno bruto (PIB) del Perú se estimó en aproximadamente 250.000 millones de dólares, lo que subraya la importancia de estos proyectos como prioridad nacional.
A través de estas iniciativas, el Perú fortalece progresivamente sus capacidades militares en tierra y mar, al tiempo que establece alianzas estratégicas internacionales. Estos proyectos combinan la modernización tecnológica con el desarrollo industrial local, lo que pone de manifiesto una clara intención de fortalecer las fuerzas armadas del país para responder a los desafíos de seguridad actuales.
Rudis01ARG
Quizá Brasil interceda , como potencia regional, en ayuda del contrato del Gripen.. que seguramente por coste de adquisición y mantenimiento sea una opción interesante. Tampoco aceleraría una carrera armamentística en la zona con sus vecinos..
La opción francesa tendría sentido con la experiencia en el mirage y la posible financiación francesa.. pero quizá está eleccion podría incentivar a Chile y Colombia en adquirir cazas al mismo nivel.. como podrían ser EF , lo que podría ser una buena opción a nivel europeo, si «lo permite» el vecino del norte
Que se compre aviones de casa rafale francés, por qué los pilotos peruanos ya conocen, como al avión Mirage 2000. Muy probablemente para conducir es como Mirage 2000.