Rusia utiliza por primera vez en Ucrania el dron Shahed 238 propulsado por un reactor iraní.
Un destacado miembro de las fuerzas armadas ucranianas anunció a través de su canal en las redes sociales: la primera interceptación con éxito de un dron Shahed-238 de origen iraní. Este dron, equipado con un motor a reacción y capaz de alcanzar velocidades de hasta 500 km/h, habría sido derribado sobre el centro de Ucrania, marcando así, su primera aparición en el conflicto.
Las imágenes de los restos del dron derribado se compartieron inicialmente en un canal de Telegram. Las fotos muestran varios fragmentos blancos del avión no tripulado, incluidas partes que parecen ser de la toma del motor montado en la parte superior del avión no tripulado. Además, los restos parecen contener una pequeña turbina a reacción y algún tipo de unidad de control. La marca más prominente visible en el exterior del dron es “MJO” o “MJ0”, escrita en una parte de su carcasa. Es importante destacar que el primer dron kamikaze ruso del tipo Shahed-238 derribado llevaba la marca distintiva “MJ 0”. Este detalle sugiere fuertemente que el dron es de fabricación iraní, dada la designación de la serie “M”.
El Shahed-238 de fabricación iraní es una versión avanzada del dron kamikaze iraní Shahed-136, utilizado por Rusia en Ucrania, e incorpora mejoras significativas. Una mejora notable con respecto al modelo iraní Shahed-136 es la capacidad del Shahed-238 de navegar de forma autónoma hacia sus objetivos. Esta característica aumenta la flexibilidad operativa del dron en comparación con la operación manual que requería el prototipo anterior. Esta mejora amplía el alcance del dron iraní y reduce la necesidad de estaciones de retransmisión cerca del objetivo.
Desde el punto de vista militar, el despliegue por parte de Rusia del avión teledirigido kamikaze a reacción Shahed-238 en el campo de batalla ucraniano podría ofrecer varias ventajas sobre el utilizado Shahed-136.
Visualmente, el Shahed-238 introduce varias mejoras relevantes, como un capó del motor y un mayor número de actuadores. El capó del motor tiene el potencial de mejorar la aerodinámica del dron, lo que podría afectar a su velocidad, maniobrabilidad y eficiencia energética, factores críticos en las aplicaciones de drones militares. Además, puede reducir las firmas de radar e infrarrojos del dron, haciéndolo menos detectable por los radares y sensores infrarrojos enemigos.
La inclusión de ocho actuadores, frente a los cuatro del Shahed-136, representa otra diferencia clave. Los actuadores desempeñan un papel vital en el control de diversos aspectos del vuelo de un dron, como la estabilidad, la maniobrabilidad y la gestión de la carga útil. El mayor número de actuadores proporciona una mayor estabilidad, un control más preciso de los movimientos del dron y una mayor resistencia a las perturbaciones externas.
El uso del Shahed-238 permite a Rusia llevar a cabo operaciones selectivas de ataque profundo en territorio ucraniano. Este nuevo avión no tripulado permite lanzarlo desde las profundidades del territorio ruso, donde los puntos de lanzamiento son más difíciles de atacar para Ucrania, y aún, así puede alcanzar varias ciudades ucranianas.
Actualmente, no se sabe si la Federación Rusa tiene previsto trasladar la producción de este modelo a su territorio, de forma similar a lo que se hizo con el dron Geran-2. Como recordatorio, Rusia había anunciado a principios de 2023 su intención de reforzar su capacidad de producción en el ámbito de la defensa. Esto sigue una estrategia similar adoptada para el dron iraní Shahed 136, inicialmente entregado por Irán, y luego producido en serie en Rusia bajo el nombre de Geran-2.
Sin embargo, la dependencia de un dron de la industria iraní sugiere que, a pesar del aumento de su producción militar, Rusia sigue dependiendo de las importaciones de armas de países como Irán y Corea del Norte.
Alain Henry de Frahan
